Desde Roma
Ricardo Merlo es el primer ítalo-argentino, elegido en el exterior como miembro del Senado italiano, que forma parte de un gobierno italiano como subsecretario de Relaciones Exteriores. Fue designado por el gobierno presidido por Giuseppe Conte y comandado por los dos partidos que surgieron mayoritarios en las elecciones de marzo: el Movimiento Cinco Estrellas liderado por el actual vicepresidente del gobierno y ministro del Desarrollo Económico y del Trabajo Luigi Di Maio, y la Liga, el partido de derecha conducido por el segundo vicepresidente del gobierno y ministro del Interior, Matteo Salvini.
Merlo, ex soldado de Malvinas, jugador de fútbol en All Boys, hincha de Boca, amante del asado y del mate, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad del Salvador de Buenos Aires donde estudió, elegido en el exterior tres veces como diputado del Parlamento italiano en representación del MAIE (Movimiento Asociativo Italianos en el Exterior) del cual es uno de los fundadores, nació en Buenos Aires en el seno de una familia italiana llegada a Argentina del Veneto (nordeste de la península). Fue elegido senador en marzo por primera vez. Una vez en Italia, decidió darle su apoyo al gobierno Di Maio-Salvini que hasta ahora tantas polémicas ha desencadenado, especialmente por sus decisiones en contra los migrantes.
Pero sus tareas como subsecretario, según contó en una entrevista con PáginaI12, todavía no han sido completamente definidas.
–¿Impulsaría el acuerdo Mercosur-UE (Unión Europea) del que tanto se habla?
–Sí, sí. Nosotros del Maie, somos impulsores de este acuerdo. Pero también lo es el gobierno italiano. Sería un acuerdo comercial entre la UE y el Mercosur. Pero la que se opone es fundamentalmente Francia porque ese país tiene un sector agrícola importante que tiene influencia sobre el gobierno. Italia no tienen un sector agrícola tan importante. A Argentina y Brasil, entre otros, les interesa que el acuerdo tenga en cuenta los productos agrícolas. Hacer un acuerdo que no comprenda ese sector no tendría sentido para el Mercosur. También sería importante para el sector ganadero.
–¿Por qué el Maie decidió apoyar a este gobierno, que muchos caracterizan de derecha o centroderecha, si su movimiento dice no ser de izquierda ni de derecha?
–Nosotros estuvimos contra el gobierno de Silvio Berlusconi y también en la oposición al gobierno de centroizquierda que vino después. Básicamente estábamos en la oposición porque no había una política para los italianos en el mundo. Siempre fuimos críticos porque lo que tuvimos en esos dos períodos fueron sólo recortes y ajustes. En el contrato de gobierno firmado por Salvini y di Maio vimos que, en el punto 10, se hablaba de medidas a favor de los italianos en el mundo. Se habla de mejorar la red consular, de promocionar la lengua y la cultura italiana, de los italianos en el mundo como recurso. Nos pareció importante y cuando a mí me ofrecieron participar para ejecutar ese punto, pensamos: sí, es el momento para poner en práctica estas reformas. Estamos de acuerdo con muchos de los puntos del programa de gobierno. Por ejemplo, el réddito de cittadinanza (una especie de subsidio de desempleo) para que los más pobres puedan tener algunos ingresos, y en bajar los impuestos a la pequeña y mediana empresa para que puedan emplear más gente. El programa de gobierno es progresista, diría yo. Hay mucha distorsión en la información internacional en este sentido. Se leen cosas que a mi me divierten mucho, porque yo conozco a los protagonistas, hablo en privado con ellos y nada que ver con lo que se dice.
–Distorsión en la información internacional, ¿a qué se refiere?
–Se habla de “gobierno xenófobo, racista, de ultraderecha”. La verdad es que eso no condice con la realidad. Hoy el 60 por ciento de los italianos quieren este gobierno o votarían por uno de los dos partidos de este gobierno. Lo más importante es la gente. Este gobierno no tiene medios de difusión propios. Berlusconi sí tenía, el PD tambieñ. Este es el gobierno de la gente, no de los medios.
–¿Entonces usted cree que las medidas que toma el ministro del Interior Matteo Salvini contra los migrantes no son ni xenófobas ni racistas ni de ultraderecha?
–Totalmente. Nosotros lo que queremos es poner reglas claras para la entrada a Italia, como cuando usted va a un país que exige visa. Si no la tiene, no entra. Y en segundo lugar queremos que en vez de gastar 5.000 millones de euros en la recepción de los migrantes, se inviertan en Africa. Queremos que Africa se desarrolle. La única solución a largo plazo es buscar que no haya tanta diferencia económica entre Africa y Europa. Hay que hacer un Plan Marshall para Africa. Acá no estamos diciendo “no vengan” sino que estamos diciendo a Europa: dividamos los esfuerzos, porque cuando los migrantes tocan suelo italiano, están tocando suelo europeo. Hace muy bien el gobierno en tratar de europeizar el tema.
–Mucha gente cree –y otros explotan esta idea– que hay una invasión de migrantes económicos y refugiados en Italia. Los migrantes llegados por mar a Italia pasaron de poco más de 119.000 hace un año a poco más de 16.500 en 2018. En Italia no hay una invasión...
–No hace falta que haya una invasión
–Pero hay quienes en Italia lo plantean como tal y políticos que explotan esta mentira...
–Bueno... lo pueden plantear como quieran. Pero la cosa es que las personas que no tienes los papeles para venir, tienen que volverse a su casa porque hay reglas. Salvo los refugiados, que los tenemos que recibir, hay reglas. Italia empezó a hacer cumplir esas reglas.
–Las cifras de los muertos en el mar son alarmantes. Según OIM, la agencia de Naciones Unidas para las migraciones, esta última semana han muerto cerca de 200 personas en el Mediterráneo, lo que lleva el total de muertos en el Mediterráneo este año a más de 1.000.
–Eso pasa hace mucho, hay miles que murieron, no tienen que aventurarse en un bote. Si siguen poniendo barcos de Organizaciones No Gubernamentales (ONG) para salvarlos, cada vez va a haber más botes, más comercio de esclavos. Nosotros queremos que se termine el comercio de esclavos, que se termine eso de poner a la gente en un barquito porque piensan que va a pasar un barco de una ONG y los van a llevar a Europa. Queremos hacer algo ordenado. .
–Entonces, dejarán que se mueran nomás…
–La responsabildiad de esta situación es de los países del norte de Africa y de toda la Unión Europea, no sólo de un país como Italia. Se trata de que Europa haga un plan económico consistente y dé las herramientas para que se hagan obras públicas, para que se creen fuentes de trabajo,
–¿Y las guerras y los conflictos? ¿No cree que habría que terminar con los conflictos y las guerras dado que no sólo provocan que la gente escape sino también provocan hambrunas?
–Lo que pasa es que nosotros no podemos intervenir en otros países.
–Pero a veces la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), de la que Italia es miembro, participa directa o indirectamente en algunos de esos conflictos…
–No me consta que la OTAN promueva guerras. Nosotros queremos cambiar todo y eso también. Porque además hay una apertura hacia Rusia, hay una política internacional que empieza a ser diferente. El problema de estas cosas que menciona usted es que Italia no ha tenido peso en las decisiones. Lo que queremos es que Italia tenga más peso en estas decisiones.
–¿Y por qué no lo ha tenido?
–Y no lo ha tenido tal vez porque Italia en política internacional ha sido un país tibio y ahora no lo es más. Al menos eso es lo que nosotros queremos lograr. Dejar esa tibieza para ser protagonistas.
–¿Cuáles son sus objetivos como subsecretario en relación con la Argentina?
–No voy a hacer algo especial con la Argentina porque mi función, una vez que tenga el encargo, será promover las relaciones con todos los países de América latina. Claro, con la Argentina hay un sentimiento muy grande de mi parte, tengo un montón de cuestiones que me marcan. Pero en el cumplimiento de mi misión voy a tratar de defender los intereses de Italia de la mejor manera.
– ¿Sus relaciones con Macri?
–Yo hablé con el primer ministro italiano y me dijo que se había encontrado con Macri, y dice que tuvo una muy buena impresión. Las relaciones con Argentina van más allá de nosotros y de Macri. Argentina es el país del mundo con más italianos. Las relaciones con Argentina tienen que crecer desde el punto de vista cultural, social y comercial y económico. Las relaciones hoy son muy buenas entre los dos países. En Argentina y en Brasil hay muchas empresas italianas. Yo personalmente creo que uno de los grandes problemas que tiene el mundo es el sector financiero. Yo veo como muy positivo el desarrollo de la pequeña y mediana empresa en el norte de Italia. Son empresas familiares que aseguran la distribución del ingreso. Yo creo en ese modelo de desarrollo. Y creo que hay que luchar contra las tasas altas, contra eso de que el dinero produzca dinero. Cuando logremos eso en el mundo, el capitalismo va a ser más humano, va a mejorar.