Los docentes de Ctera intentan que el gobierno abra el diálogo por los despedidos del Ministerio de Educación. Ayer, los principales dirigentes del gremio reclamaron ser recibidos por el titular de la cartera, Esteban Bullrich, para tratar la situación de los 2600 tutores virtuales del programa Nuestra Escuela –de formación gratuita y universal–, tutores que quedaron en el aire luego de que el ministerio modificara las condiciones de cursada de sus postítulos, a los que además les puso fecha de cierre en diciembre de este año. De la mano de este reclamo va también el de los despidos en los programas socioeducativos. Aunque no hay nada confirmado oficialmente, podría haber una reunión el lunes. Mientras tanto, la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) mantiene radios abiertas frente a dos de las sedes de la cartera. Los delegados denunciaron que recibieron amenazas.
“Con violencia y represión no se soluciona nada. Tiene que haber diálogo, por esto estamos pidiendo una reunión con Bullrich”, señaló Eduardo López desde la Ctera. Durante la jornada, ATE volverá a instalar las radios abiertas. En la organización hay un fuerte malestar por las amenazas que los delegados encontraron al entrar a la oficina que el gremio tiene en el Palacio Pizzurno. Abrochado a una foto del grupo de delegados les habían dejado un mensaje impreso con el texto “Camporistas de mierda, desestabilizadores hijos de puta... Están muertos”.
“La foto fue tomada de las redes sociales de los delegados, y es una clara muestra de hostigamiento psicológico y persecución política hacia los delegados de ATE, que vienen sosteniendo fuertes medidas de fuerza desde la semana pasada, cuando se supo que el gobierno preparaba 3000 nuevos despidos en el ministerio”, señaló ATE en un comunicado.
El conflicto cumplió ya una semana. Cuando trascendió la noticia de los despidos, los gremios tomaron una de las sedes del ministerio de Educación, ubicada en la avenida Santa Fe al 1500. El Gobierno les ofreció iniciar una negociación, por lo que los despedidos levantaron la toma. Así pasó el fin de semana. El lunes, cuando se disponían a hacer una asamblea en el Palacio Pizzurno para esperar allí el resultado de la negociación, la policía se desplegó en la entrada –había una sola entrada habilitada de las siete que tiene el edificio– y les restringió el ingreso. Golpeó además a dos dirigentes de ATE, entre ellos el delegado general del sindicato en Educación. En respuesta, al día siguiente se organizó un multitudinario abrazo al ministerio. Ayer volvió el clima enrarecido con las amenazas.
Sobre los despidos, las partes dan números distintos. Las autoridades de Educación inicialmente confirmaron que se daría de baja alrededor de 400 contratos. Más tarde –después de la reacción de los trabajadores que denunciaron que ni habían revisado a quiénes estaban echando– aseguraron que habían “corregido” cien casos, por lo que serían menos los despedidos. “Sobre un total de 205 contratos que vencían el 31 de diciembre se decidió la no renovación de los mismos ya que incumplían el horario de trabajo”, comunicaron voceros del ministerio.
Sin embargo, los trabajadores denunciaron que del número de despidos se enteran por la prensa y esperan una desvinculación oficial. “Todo es muy irregular y poco serio. Hasta que no tengamos una certificación oficial del número vamos a seguir hablando de 400, como dijeron ellos en un primer momento, y de los 2.600 tutores afectados por el cambio de régimen en el programa Nuestra Escuela”, remarcó el delegado Lautaro Pedot.
En cuanto a los tutores virtuales del programa Nuestra Escuela, es incierto cuántos quedarán de los actuales 2600. El ministerio decidió que los postítulos que dictan serán cerrados. Como tienen una duración de dos años, en teoría se seguirían dando sólo para los que ya cursaron el primer año y lo completarían de acá a diciembre. Sin embargo, el ministerio cambió también sin previo aviso los requisitos para la inscripción, y estableció que aquellos que hayan sido reprobados en una materia –o se hayan anotado y luego abandonado– no podrán recursarla. Esto expulsará al 90 por ciento de los matriculados.
A los tutores virtuales les renovaban sus contratos cada enero. Este año eso no sucedió. Ante los reclamos, les dijeron que en febrero se verá quiénes siguen trabajando, de acuerdo a la cantidad de alumnos que se presenten. Claro que los que estarán en condiciones de presentarse es una porción mínima.