La compleja operación para salvar a los 12 chicos atrapados junto a su entrenador en una cueva de Tailandia comenzó exitosamente: ayer, cuatro de ellos fueron rescatados y llevados al hospital de Chiang Rai. Cada niño fue guiado a través del riesgoso trayecto que los separa de la salida por dos buzos profesionales. El rescate del resto del equipo se inició ayer a las 21 hora argentina (seis de la mañana de hoy en Tailandia), debido a una pausa en el operativo de entre 10 y 20 horas por motivos logísticos y de preparación de equipamiento.

Las autoridades dieron los nombres de los chicos e informaron que se encuentran en buen estado de salud. Se trata de Monhkhol “Mark” Boonpiam, Prajak “Note” Sutham, Nattawoot Thakamsai, de 14 años, quien sufre de asma y cuyos padres ya habían perdido una bebé por cáncer, y Pipat “Nick” Bodhi, de 15, quien no está en el equipo sino que estaba con el grupo por ser amigo del arquero.

Apenas los sacaron de la cueva fueron atendidos en el hospital de campaña montado en la entrada para las atenciones de emergencia, pero la mayor parte de los chequeos los iniciaron en el Hospital Prachanukroh, ubicado a unos 60 kilómetros del lugar, donde se acondicionó un piso entero para atenderlos. Según lo que evaluó el cuerpo médico, además de la recuperación física y psicológica, quieren descartar que sufran algún tipo de infección después de haber pasado 9 días sin comida y en la oscuridad total, hasta que fueron hallados por dos buzos británicos. Los familiares ya saben que recién hoy podrán empezar a darles un abrazo a los ya rescatados, mientras que los que vayan llegando deberán pasar por el mismo proceso.

Según anunció Narongsak Ossottanakorn, gobernador local y responsable de la célula de crisis, los ocho niños que restan y el entrenador están en buen estado de salud. “La próxima operación (de rescate) empezará en diez horas como mínimo”, había anunciado el gobernador ayer en una conferencia de prensa. Necesitaban entre 10 y 20 horas para reponer los tanques de aire comprimido colocados a lo largo de la travesía, que dura seis horas de ida y cinco de regreso. 

Horas antes del rescate, Osottanakorn había anunciado que sería “un gran día”, ya que estaba previsto empezar la evacuación. En la operación, según informó Ossottanakorn, participan “trece especialistas de nivel mundial llegados de países con experiencia” en espeleología. Los niños “saldrán uno por uno, eso durará dos o tres días”, agregó Chalongchai Chaiyakorn, otro de los responsables de la célula de crisis, antes de que asomaran sus rostros los primeros cuatro.

Durante los últimos días, se está llevando a cabo una operación para reducir la cantidad de agua dentro de la cueva. Si bien el operativo está siendo exitoso, se esperan fuertes lluvias para esta semana, lo que da a los socorristas un margen de cuatro días para rescatar a los chicos restantes. Según afirmó el gobernador, por la cantidad de precipitaciones previstas, la cueva quedaría sellada por las aguas hasta enero.

La célula de crisis considera que las condiciones actuales para una evacuación son “perfectas”, especialmente en lo relativo al nivel del agua en la gruta. Ayer a la mañana, los socorristas mandaron a evacuar el área de entrada a la cueva para despejar el lugar y “ayudar a las víctimas”. “Todos los que no están implicados en la operación deben salir de la zona inmediatamente”, anunció la policía por altavoz en el lugar, donde se encuentran cientos de periodistas. “Debemos utilizar la zona para ayudar a las víctimas”, agregó.

Hasta el momento, no se ha publicado ninguna imagen de la operación porque las autoridades tailandesas crearon un extenso perímetro de seguridad alrededor de la cueva: ante la llegada masiva de periodistas, instalaron barreras metálicas con el objetivo de mantener la distancia y permitir que los rescatistas trabajen sin cámaras a su alrededor.

Los servicios de rescate lograron estabilizar los niveles de oxígeno insertando una tubería de varios kilómetros para hacer llegar este gas a la zona en la que los chicos están arrinconados. Sin embargo, las lluvias que podrían llegar en los próximos días podrían reducir una buena parte del saliente fangoso en el que se refugia el grupo. Una prueba de la urgencia que requiere el rescate fue el intenso aguacero que cayó el sábado por la noche, durante una media hora.

La trágica muerte de un ex buzo de la marina tailandesa, el viernes durante una operación de abastecimiento, demostró el nivel de riesgo del trayecto, que tiene una extensión aproximada de 4 kilómetros.

Ekkapol Chantawong, el entrenador de 25 años, hizo llegar una carta pidiendo disculpas a los padres de los chicos. Los padres, lejos de culparlo, le enviaron fuerzas y le agradecieron por el cuidado que está dando a sus hijos.

El 23 de junio pasado, luego de una práctica de fútbol, los doce niños fueron junto a su entrenador a la cueva de Tham Luang, en la provincia de Chiang Rai, situada en una zona de bosque tropical en la frontera con Birmania y Lagos. Las fuertes lluvias inundaron la cueva, provocando que el grupo quede atrapado en ella. 

El lunes de la semana pasada, luego de 9 días de búsqueda, un grupo de rescatistas halló con vida a los pequeños, que tienen entre 11 y 16 años y forman parte del equipo de fútbol local “Los Jabalíes Salvajes”, y a su entrenador, de 25 años. Luego de ser examinados por un médico, que comprobó que si bien se encontraban muy debilitados –por la falta de comida– estaban bien de salud, los jóvenes comenzaron a recibir clases de natación y de buceo, para poder salir de la cueva. Como alternativa a la evacuación por buceo, los equipos realizaron unas 100 perforaciones verticales en la montaña, una de ellas de 400 metros de profundidad.

AFP