Haití vivió ayer una jornada de tensa calma en el primero de los días de huelga general convocada por los sindicatos tras la violencia callejera desatada luego de que el gobierno anunciara un incremento en el precio de los combustibles que finalmente dejó sin efecto el sábado.
Puerto Príncipe, la capital, estaba prácticamente paralizada y las calles semi desérticas, sometidas a un proceso de limpieza por parte de las autoridades tras las barricadas y el encendido de neumáticos y basura. Las personas optaron por permanecer en sus casas por precaución, mientras que por las calles solo circulaban vehículos privados.
La violencia callejera se desató el viernes pasado en Puerto Príncipe cuando el gobierno anunció que al día siguiente entraría en vigor un fuerte incremento del precio de los combustibles, como parte del paquete de ajustes que firmó en febrero último con el Fondo Monetario Internacional (FMI). En el corazón de la capital, en la comuna de Delmas, hubo saqueos de comercios, mientras algunos manifestantes exigían la salida del poder del presidente Jovenel Moise. Algunos de los atacantes estaban armados con cuchillos. Para dispersar las protestas, policías de unidades especializadas en mantener el orden dispararon al aire y usaron gases lacrimógenos. Al menos cuatro personas murieron desde que comenzaron las protestas el viernes en Haití.
Este sábado se recrudecieron las manifestaciones y actos vandálicos y el primer ministro, Jack Guy Lafontant, quien en un primer momento había llamado a la calma, anunciaba horas después que el aumento quedaba sin efecto “hasta nuevo aviso”. Sin embargo, el caos continuó en la capital y otros puntos del país, a pesar de que casi a medianoche del sábado el presidente Moise recordó que el incremento había sido revocado y pidió la calma y el retorno de la normalidad.
Las autoridades habían dispuesto aumentos de un 37 por ciento en el precio de la gasolina; de un 40 por ciento en el diesel y más de un 50 por ciento en el querosén, este último muy utilizado para alumbrar las casas haitianas de amplios sectores de escaso poder adquisitivo.
La incertidumbre en cuanto a la evolución de la situación política sigue siendo de todas maneras la nota dominante, con una huelga general convocada por la oposición para ayer y hoy.
El discurso a la nación y el llamado a la calma de Lafontant aún no dio resultado. Para el diputado Jerry Tardieu su retractación desafortunadamente llega demasiado tarde porque los incidentes violentos que esta decisión causó, sin las medidas de acompañamiento apropiadas, han causado muchas bajas. Ciudadanos fueron asesinados, un policía fue linchado, viviendas particulares y empresas comerciales fueron saqueados, destrozados o quemados, denunció el legislador en un comunicado. Frente a esta situación caótica, Tardieu y otros diputados cercanos al poder gobernante exigen la renuncia del primer ministro.