El dólar cerró ayer a 28,05 pesos, con un retroceso de 2,1 por ciento. Las tensiones cambiarias continuaron moderándose a partir de un clima financiero más tranquilo a nivel internacional. El Banco Central continuó subastando divisas de las reservas por 100 millones de dólares y el tipo de cambio mayorista, con el que operan los bancos, terminó en 27,37 pesos, con una baja de 1,9 por ciento. La autoridad monetaria, pese a esta moderación, mantuvo la tasa de interés de referencia. Anunció ayer que los pases para los bancos a 1 y 7 días mantendrán un rendimiento del 40 por ciento (ver aparte). Esto genera un fuerte incentivo para el negocio de la bicicleta financiera en un esquema que sigue siendo nocivo para la economía productiva. Las reservas internacionales se ubicaron 60.685 millones de dólares, con una disminución de 236 millones, debido a los pagos de deuda a acreedores externos.
El mundo muestra menor volatilidad desde la semana pasada y, según los analistas, es un elemento clave para explicar la menor tensión financiera en el mercado interno. Las monedas de los países emergentes dejaron de depreciarse contra el dólar, los capitales empezaron a volver a las economías no desarrolladas y el temor por una guerra comercial entre Estados Unidos y China comenzó a diluirse. Se destacó, por caso, la apreciación del 1,9 por ciento del real brasileño, del 1,9 por ciento del peso mexicano y del 0,8 por ciento del peso chileno. Esto influyó en la baja local del dólar, la reducción del riesgo país y el rebote de acciones, que dieron algo de aire al Gobierno en los últimos días. El problema es que la Argentina sigue expuesta al ciclo financiero y puede registrar un nuevo proceso de inestabilidad en cualquier momento.
El tipo de cambio mayorista anotó su tercer descenso consecutivo en la city porteña. Los operadores del mercado indicaron que hubo algunos inversores que decidieron vender divisas para apostar algunas “fichas” a alta tasa de interés, mencionaron que ingresaron fondos del exterior y aseguraron que el Banco Nación potenció este proceso de caída de la cotización vendiendo dólares en forma discrecional. Otro de los elementos que influyó en la baja del tipo de cambio fue la decisión de la autoridad monetaria de retirar liquidez (circulante en pesos) del mercado interno a través de un aumento de 2 puntos porcentuales de los encajes bancarios.
La política monetaria se volvió fuertemente restrictiva, con tasas de intereses que dificultan el funcionamiento de la economía real. El Central no muestra señales de dar marcha atrás con esta política, ratificó ayer su estrategia con la tasa de pases y adelantó que la tasa de licitación de las Lebac también seguirá en niveles elevados por el próximo mes. Esta situación, junto con la moderación del dólar, ya empezó a reportarle fuertes ganancias a los inversores que apostaron por el negocio de la tasa de interés en pesos. Las Lebac en el mercado secundario llegaron a anotar rendimientos de más del 60 por ciento.
El martes próximo se renuevan 530 mil millones de estas letras y una preocupación de los inversores es si el equipo económico podrá mantener con calma la plaza cambiaria tras el vencimiento. Las Lebac no son el único problema para el equipo económico. Los inversores ya empezaron a ver con atención la evolución de las Letes en moneda extranjera. Algunos analistas aseguran que pueden convertirse en la próxima bomba de tiempo del modelo económico.