Los futbolistas de la selección inglesa trataron de relajarse ayer en el día previo a la semifinal del Mundial de Rusia e interrumpieron su entrenamiento para jugar con pollos de goma. Según publican medios ingleses, los jugadores se lanzaron los pollos de goma entre risas en el centro de entrenamiento de Repino, a las afueras de San Petersburgo. No es la primera vez que Inglaterra sorprende con sus  actividades en Repino. El centrocampista Jesse Lingard colgó fotos durante la fase de grupos en las que se veían a los jugadores disfrutando en una piscina con colchonetas de unicornios. De momento, ese buen humor está trayendo buenos resultados en la competición.