Ciento cuarenta y seis recursos de hábeas corpus fueron enviados al Supremo Tribunal de Justicia de Brasil (STJ) pidiendo por la libertad del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva. La avalancha de pedidos de hábeas corpus fue realizada por ciudadanos comunes y no por la defensa del ex mandatario tras el confuso episodio que se vivió el pasado domingo, cuando un juez ordenó la libertad de Lula y otros dos lo desautorizaron.
Los pedidos de hábeas corpus fueron realizados al STJ, corte que se ocupa de la interpretación de la legislación federal. Dicho recurso es una acción constitucional destinada a asegurar la libertad de movimiento de una persona en el caso de que se considere que se encuentra arbitrariamente presa.
Sin embargo, la presidenta del STJ, Laurita Vaz, rechazó ayer uno de los 146 hábeas corpus pedidos a favor del ex presidente. Como prácticamente todos los hábeas corpus se basaron en una decisión judicial de dejar en libertad a Lula que fue rápidamente revocada por el máximo tribunal, el rechazo de la jueza Vaz del STJ al recurso que eligió considerar podría leerse como un rechazo a los otros 145 hábeas corpus también. La ministra entendió que la decisión del juez Rogério Favreto, que estaba de guardia en el Tribunal Regional Federal n°4 (TRF4) el último fin de semana, faltó el respeto a las decisiones anteriores que mantuvieron en prisión al ex presidente. La jueza, además, apuntó contra la justificación de Favreto para conceder la libertad a Lula. “Es obvio que el mero anuncio de intención de un reo de ser candidato a un cargo público no reabre la discusión acerca de la legalidad del encarcelamiento”, afirmó Vaz sobre los argumentos supuestamente esgrimidos en el pedido de libertad de Lula.
El domingo pasado, el juez Favreto, del TRF4, corte de segunda instancia, concedió al ex mandatario un hábeas corpus, solicitado por un grupo de diputados del Partido de los Trabajadores (PT), y determinó su inmediata puesta en libertad. No obstante, el juez federal de primera instancia Sergio Moro, quien condenó a Lula el año pasado, cuestionó la competencia de su colega y apeló a que se pronunciase el instructor de la causa en el tribunal de segunda instancia, Joao Gebran Neto. Éste revocó la liberación del ex mandatario, pero poco después Favreto dictó nuevamente su excarcelamiento, que negó en una segunda oportunidad el presidente del TRF4, Carlos Thompson Flores, para zanjar la controversia.
La presidenta del PT, la senadora Gleisi Hoffmann, denunció en la víspera una conjura del Poder Judicial para evitar la liberación del exgobernante e impedir que sea candidato para los comicios del 7 de octubre. “Lula estaba prácticamente en la puerta de la cárcel y una conjura de la Policía y la Justicia le impidió salir”, aseguró Hoffmann, quien reiteró que inscribirán el nombre de Lula el 15 de agosto como candidato para las elecciones.
El ex mandatario, de 72 años, se encuentra en prisión desde el 7 de abril, condenado por supuesto lavado de dinero y corrupción pasiva en el marco de la megacausa Lava Jato (Lavado de autos). A pesar de su reclusión, el líder del PT lidera todas las encuestas de cara a las elecciones presidenciales de octubre. A sabiendas de esto, Lula ratificó ayer desde prisión que será candidato en las elecciones del próximo octubre para recuperar la soberanía del pueblo brasileño. “Pueden tener certeza de que voy a ser candidato para, entre otras cosas, recuperar la soberanía del pueblo brasileño”, escribió el exmandatario en un mensaje divulgado en sus redes sociales. El ex presidente afirmó que era muy triste que el Gobierno del presidente Michel Temer, en el poder desde mediados de 2016 tras el golpe parlamentario a Dilma Rousseff, estuviera vendiendo parte del patrimonio público de forma que llamó irresponsable y a precio de banana para, según dijo, encubrir su ilegitimidad. “Brasil necesita tener y consolidar su soberanía y desterrar el complejo de inferioridad que la elite brasileña siempre tuvo en relación a los Estados Unidos”, sentenció el ex jefe de Estado.