Las editoriales universitarias son, sin duda, un espacio privilegiado para la producción y circulación del conocimiento generado en el ámbito de la educación superior. 

Como tal, la actividad editorial universitaria está estrechamente ligada a las tres funciones básicas de la universidad: la docencia, la investigación y la extensión.

Mientras que en relación a la “docencia” y la “investigación”, constituye un vehículo fundamental para la difusión del conocimiento académico; en lo que respecta a la “extensión”, persigue el valioso objetivo de poner a disposición del público en general contenidos de calidad y relevancia cultural que por lo general no tienen lugar en la lógica de las editoriales comerciales.

Universidad y libro: las editoriales universitarias argentinas

Como en otros aspectos del sistema universitario, nuestro país tiene una rica historia en lo que respecta a las editoriales universitarias. Una historia que tiene como hito fundamental la creación de EUDEBA en 1958 por parte de Boris Spivacow, que marcó el ingreso de las editoriales universitarias a un mercado de libros que ya se encontraba consolidado por el aporte de destacadas editoriales comerciales locales que alimentaban a un cada vez más ávido público lector.

Desde entonces, la edición universitaria argentina ha consolidado una producción y un mercado lector de gran relevancia que se destaca en el ámbito latinoamericano, y se posiciona como un espacio de confluencia entre el saber universitario y el vastísimo y diverso ecosistema del libro.

“En conjunto, - señala el rector de la Universidad Provincial del Sudoeste (UPSO) y Coordinador de la Red de Editoriales Universitarias (REUN), Hernán Vigier-, las editoriales universitarias producen aproximadamente el 8% de las novedades editoriales del sector comercial con catálogos bibliodiversos, que abarcan textos de carácter académico pero fundamentalmente libros destinados a un público lector interesado por la ciencia y la cultura”. 

Si bien la universidad y el libro siempre tuvieron un vínculo muy cercano, el objetivo de las editoriales universitarias excede largamente el de la difusión del conocimiento producido en la universidad o la producción de materiales para la enseñanza. Tal como señala Vigier: “Es un compromiso de nuestras universidades afianzar la diversidad cultural y fomentar el acceso a la cultura y el conocimiento a través de sus editoriales. Nuestro horizonte es acercar a los lectores el conocimiento generado en nuestras universidades, tanto en formato de comunicación científica como a través de la divulgación, y la producción cultural, literaria y de interés general de todo el territorio nacional”. La fuerte expansión del sistema universitario de los últimos años, que llevó las instituciones de educación superior a muchas localidades del conurbano y centros urbanos del interior del país que carecían de acceso a esta oferta educativa, también tuvo un impacto significativo en el mundo del libro. 

 Según las estadísticas de la Cámara Argentina del Libro, hay 89 editoriales universitarias en el país, lo que representa el 6% de las 389 editoriales en actividad en 2017. En dicho año, las editoriales universitarias registraron 2250 publicaciones, lo que representa el 8% de la producción editorial nacional. Una cifra que, por cierto, viene creciendo exponencialmente año a año.

En este marco, 46 instituciones universitarias de gestión estatal que ya cuentan con una editorial o centro de publicaciones integran la Red de Editoriales de las Universidades Nacionales (REUN). Una iniciativa creada en 1995, y que nuclea no sólo a las editoriales más emblemáticas como Eudeba y Eduvim (Villa María), sino también a las más jóvenes, como las editoriales de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego o la de la Universidad de las Artes.

Cerca de los lectores: puentes entre la universidad y la comunidad

Sin dejar de lado la tradicional función de abastecer a estudiantes y docentes con materiales de estudio, las editoriales de las universidades nacionales vienen apostando decididamente a la expansión de los públicos lectores en las ciudades y regiones donde se encuentran. Una apuesta que se plasma no sólo en la recuperación y difusión de los patrimonios culturales regionales sino también en la edición de publicaciones extra claustros que ofrecen a los lectores locales el acceso a la cultura universal.

Las editoriales universitarias, que en su origen estaban orientadas a los propios ámbitos académicos, comienzan así a consolidar catálogos diversos y multifacéticos, que exceden largamente los tradicionales contenidos universitarios. Catálogos que incluyen tanto herramientas de estudio para docentes y alumnos -manuales, materiales de cátedra- e investigaciones que se desarrollan en la universidad –tesis e investigaciones de cátedra-, como títulos que buscan difundir la ciencia y el pensamiento en la sociedad, promover pensadores y conocimientos regionales, e incluso rescatar y revalorizar las obras de algunos referentes históricos de las mismas casas de estudios.

En este marco, la participación de las editoriales universitarias en ferias nacionales e internacionales constituye una excelente oportunidad para acercar estos catálogos a un público lector más amplio. El libro universitario argentino no sólo ha estado presente -con el apoyo de la Secretaría de Políticas Universitarias- en ferias internacionales como como la de Fráncfort o Guadalajara, sino que a través de la REUN viene participando en la tradicional Feria del Libro de Buenos Aires desde hace más de diez años. En la última edición de la feria las 46 editoriales de la Red presentaron en un stand propio, 1508 títulos de ciencias sociales, humanidades, ciencia y literatura, entre otros géneros.

Más allá del mercado: la función social y cultural

En las últimas décadas, el mundo editorial ha venido experimentando un marcado proceso de transnacionalización y concentración del mercado en unas pocas empresas. Argentina no ha sido ajena a dicho fenómeno, que fue reconfigurando a nivel local un mercado editorial que hoy está caracterizado por la coexistencia de un puñado de grandes empresas, en su gran mayoría transnacionales, y un grupo de pequeñas y medianas editoriales, en su mayoría de capitales nacionales. 

Por un lado, las editoriales trasnacionales, que dominan las tres cuartas partes del mercado local, introdujeron en la dinámica de la producción y distribución editorial reglas de juego basadas únicamente en las lógicas mercantiles. Producto de ello, aumenta la presión por la rentabilidad y la disputa por los autores más vendidos, lo que llevó incluso a la compra de tradicionales sellos locales en la búsqueda de quedarse con sólo un par de títulos u autores “rentables”,  y condenando  al ostracismo a valiosos fondos editoriales nacionales.

Por otro lado, subsisten pequeños sellos editoriales independientes que, si bien muy a menudo editan libros valiosos desde el punto de vista social y cultural, no pueden trascender más allá de algunos pequeños círculos de lectores.

Frente a este mercado cada vez más concentrando y cooptado por la lógica del “best seller” y la alta rotación, las editoriales universitarias tienen la oportunidad de realizar un aporte clave para la difusión de la diversidad cultural y la democratización del acceso al conocimiento. Y frente a las editoriales independientes, la oportunidad de llegar a públicos lectores más amplios.

De esta forma, la edición universitaria tiene la oportunidad de ocupar ese espacio vacante entre lo que no pueden cubrir los editoriales independientes y lo que no es de interés de los gigantes editoriales. En esta verdadera “batalla cultural”, el libro universitario apunta así a construir su propio público lector. 

Los desafíos del libro universitario

Las editoriales universitarias, en particular las de gestión estatal, deben continuar aprovechando y profundizando la “bibliodiversidad”, que es sin dudas la ventaja comparativa que les permite posicionarse en un lugar estratégico dentro del mercado editorial y la fortaleza que un sistema universitario con extendida presencia a lo largo y a lo ancho del país puede aportar. 

“El desafío con el que se enfrenta la red (REUN) es consolidar el posicionamiento del libro universitario y en esta línea fortalecer la Librería Universitaria Argentina en su nueva locación como centro articulador de otros proyectos asociados, como el sistema de ventas online, la provisión de materiales bibliográficos para las bibliotecas universitarias, la participación en ferias regionales e internacionales así como las exportaciones”, enfatiza Vigier.

Más allá del crecimiento de las editoriales universitarias y las oportunidades que ofrece el contexto, hay desafíos y áreas en las que es imprescindible seguir avanzando. En primer lugar, la necesidad de avanzar en la profesionalización. Al no ser concebidas como empresas comerciales, la mayoría no cuenta con departamentos comerciales sólidos ni con recursos humanos capacitados en los aspectos económico-financieros de la industria editorial. Esto es esencial para que las editoriales puedan poner en valor sus catálogos y posicionarlos en el plano nacional e internacional, seleccionar mejores títulos y autores, comprar y vender derechos en el mundo, y exportar, entre otras tareas.

En segundo lugar, generar más visibilidad para la edición universitaria, no sólo en el mercado del libro sino también dentro de la propia comunidad universitaria y del sistema científico, ya que aún muchos docentes e investigadores desconocen las potencialidades de los sellos de sus propias instituciones y las ventajas de éstos frente a la edición comercial. Esta tarea de visibilización demanda esfuerzos que van desde la mejora en la distribución nacional, pasando por la calidad y la tirada de las ediciones, hasta una estrategia de prensa y comunicación del libro universitario.

En tercer lugar, la necesidad de innovar, que demanda de esfuerzos por adaptarse y aprovechar las oportunidades que ofrece el paradigma digital, tanto para publicar en formato digital como para, a través de las nuevas tecnologías, abaratar los costos de producción de los libros de papel. En este punto, debe destacarse, una vez más, el espíritu pionero de Eudeba que no sólo vende sus libros electrónicos a un precio mucho más barato que los de papel, sino que cuenta con “Boris”, su propia línea de lectores de ebooks. 

Por último, continuar propiciando el encuentro efectivo con los lectores. Para esta tarea, el trabajo en red es quizás la única manera de hacer frente a la creciente concentración del mercado editorial global y local, y una tendencia que, sin lugar a dudas, debe profundizarse tanto a nivel nacional como en el plano regional.

 

El libro universitario en números

89 2250 46

editoriales son universitarias en el país, lo que representa el 6% de las 389 editoriales en actividad en 2017. 

publicaciones registraron las editoriales universitarias en 2017, el 8% de la producción editorial nacional.  instituciones universitarias de gestión estatal integran la Red de Editoriales de las Universidades Nacionales (REUN). 
     

Fuente: Cámara  del Libro