El dólar cerró ayer en 27,91 pesos, con un retroceso de 1,1 por ciento, tras haber aumentado anteayer el 0,6 por ciento. La licitación de Letes, la colocación del bono dual y las tasas de interés arriba del 60 por ciento colaboraron para moderar las presiones sobre la cotización. El mercado cambiario, no obstante, sigue expuesto a las tensiones internacionales, lo cual quedó claro el miércoles, cuando los datos de la economía norteamericana generaron ruido en los países emergentes y el peso fue una de las monedas latinoamericanas que más se devaluó frente al dólar. El Banco Central volvió a subastar 100 millones de dólares y acumula desde que comenzó con esta estrategia una oferta de divisas de 1700 millones.
La volatilidad del tipo de cambio ya es uno de los problemas principales del mercado interno. Las subas y bajas permanentes de las últimas semanas generan desconfianza. Las decisiones de inversión de los empresarios quedan anuladas ante la fuerte incertidumbre sobre la cotización del dólar para los próximos meses. El movimiento abrupto del dólar no sólo altera la economía real sino que impacta en la plaza financiera, en donde se observa una fuerte reducción del precio de las acciones desde abril y un aumento del riesgo país cercano a los 300 puntos básicos.
El dólar mayorista registró ayer una baja de 0,5 por ciento, al cerrar en 27,23 pesos. Parte de este retroceso se explicó por la venta de dólares de inversores que apostaron a la compra del bono dual con pesos. La adjudicación del bono fue anteayer pero los inversores tienen tiempo hasta hoy para depositar el dinero. Otro de los elementos que permitió moderar las presiones con el mayorista fue un incremento en la liquidación diaria del campo, que en los últimos días se había moderado. La oferta de divisas en la plaza cambiaria llegó también a partir de la subas del Central, que adelantó que seguirá con esta estrategia de ventas hasta principio de octubre. En total se operaron unos 609 millones de dólares, que representó una suba del 13 por ciento sobre la jornada anterior.
Los consultores empiezan a preguntarse si tiene sentido dejar bajar el tipo de cambio, cuando estuvo al borde de los 30 pesos y las remarcaciones de los próximos meses se harán con esta cotización en la mente de los empresarios del mercado interno. La visión del equipo económico sería que la suba del dólar desde abril tuvo un efecto “tóxico” sobre los activos financieros y estabilizar la cotización lo más abajo posible permitiría generar un golpe de confianza en el mercado.
La próxima semana el Central enfrenta un nuevo desafío, puesto que vencen 530 mil millones de pesos en Lebac y las tasas en el mercado secundario se ubican en torno al 60 por ciento. La autoridad monetaria debería subir 13 puntos porcentuales la tasa para convalidar estos retornos (en junio se había ofrecido un 47 por ciento para adjudicar las Lebac de corto plazo). Una de las señales que dio la entidad fue mantener a comienzo de esta semana la tasa de referencia en 40 por ciento y asegurar en su comunicado que la política monetaria seguirá siendo contractiva. Las tasas elevadas están generando un fuerte impacto en la economía. Los préstamos entre bancos alcanzaron ayer retornos del 63 por ciento, lo que indica una baja liquidez del mercado.
En lo que refiere al dólar futuro, se negociaron contratos a julio por 27,95 pesos y a agosto por 29,05 pesos. El monto operado alcanzó el equivalente a 455 millones de dólares y las tasas de interés implícitas en los acuerdos ascendieron al 50,8 por ciento para los contratos de este mes y al 48,8 por ciento para los del próximo. Las reservas internacionales se ubicaron ayer en 60.170 millones de dólares, con un incremento de 163 millones. La colocación de deuda esta semana fue uno de los elementos por los que se explicó este avance de las reservas.