“No conozco un país donde haya una temporada de quince días donde la gente acostumbra a llevar los chicos al teatro. Es una costumbre que hay que defender”. Quien habla es Luis Rivera López, que este año está cumpliendo treinta años con Libertablas, y está defendiendo esa tradición estrenando un gran espectáculo –Las mil y una noches– por primera vez en mucho tiempo para la compañía. El actor y director apunta a lo que, no por naturalizado, deja de ser llamativo en los grandes centros urbanos, y en la ciudad de Buenos Aires en especial: la enorme oferta de espectáculos que pervive, aun en tiempos de malaria como el actual. PáginaI12 recorrió parte de esa oferta, para todos los gustos y bolsillos.
Grandes producciones, grandes precios
En materia de espectáculos con gran despliegue, el mayor estreno de este año es el musical Aladín, será genial. El equipo que se lució dos temporadas con Peter Pan, todos podemos volar (formado en su totalidad por productores y creativos argentinos) se sube ahora a la alfombra mágica. De manera literal, ya que el vuelo de Aladín con la princesa por las cabezas de los espectadores de las primeras plateas es uno de los atractivos técnicos de la puesta.
La obra se destaca por una gran producción, y un numeroso y diestro elenco que se baila y se canta todo, entre los que brillan especialmente Fernando Dente (un Aladín encantador) y Darío Barassi como el ogro que logra su propio show aparte. Con dirección de Ariel Del Mastro y dirección de actores de Daniel Casablanca, la obra solo peca de cierto tono machacón y explicativo en el libro (de Marisé Montero). Quienes quieran ir a ver alguna de las dos funciones anunciadas por día, de martes a domingos de vacaciones en el Gran Rex, deberán pensar en este caso en entradas desde los 300 a los 1100 pesos.
Una que es un clásico de vacaciones de invierno, y que viene con todo el aparato Disney atrás, es eL espectáculo de patines sobre hielo que recrea los personajes de la factoría. Este año El maravilloso mundo de Disney on ice ya estuvo en Córdoba y ayer llegó al Luna Park. Las entradas en este caso van de los 2500 pesos en los palcos, hasta los trescientos allá arriba, sin numerar. A la producción estadounidense le gusta marcar la grandilocuencia con cuestiones tales como “número de cremalleras combinadas para hacer el vestuario” (más de 5000, según se anuncia), “número de lavadoras y secadoras que viajan con el show” (dos de cada), o el peso total del set (seis toneladas y media, incluyendo las lentejuelas).
Lo cierto es que por allí desfilan numerosos y diestros patinadores (de distintas nacionalidades, algunos, ex atletas olímpicos), mostrando gran despliegue de coreografías, vestuarios y escenografías que van y vienen en el hielo, entre cuadro y cuadro. La “magia”, para los chicos, sigue siendo la que portan Mickey, Minnie, Donald y Goofy (en la época de la cronista, Tribilín), los personajes de Buscando a Dory, Frozen, Toy Story o Rapunzel, entre algunos de los que se anuncian.
La tele va al teatro
Varias son las producciones que proponen como atractivo lo que los chicos ya ven en la tele, pero llevándolo al teatro. Entre las más logradas se destaca Paw Patrol en vivo. Carrera al rescate, que ya estuvo el año pasado y este año tiene doble función en el teatro Astral (Av. Corrientes 1639). El logro tiene en parte que ver con un dato que parecería menor, pero no lo es: se las ingeniaron para evitar los muñecotes que reproducen las formas de la tele pero (ay) llevados a escena pierden toda expresividad, y hasta la voz, que debe ir grabada junto a la música en una cinta interminable. En este caso, se ve a los actores hablando, gesticulando, cantando y bailando (eso que se hace en el teatro),
Otra obra destacada en este rubro es la que trae a los personajes de Cartoon Network, Amigos invencibles, al teatro Coliseo (Marcelo T. de Alvear 1125), con dos funciones diarias de martes a domingo. En este caso no supera el problemita de los muñecotes, pero al menos trae una gran producción, con buenos escenarios, muchos muñecos bien hechos (Las chicas superpoderosas, Ben 10 y todos los bicharracos en los que se transforma, el Rey Helado, el perro sabio y el no-se-sabe-qué de Hora de aventuras, entre otros), mucha pantalla de alta definición y mucha inversión en papelitos arrojados desde el techo.
Hay más de la tele al teatro: Masha y el oso. Rescate en el circo, en el teatro El Nacional (Av. Corrientes 960); PJ Masks, Héroes en pijamas en vivo, en el teatro Gran Rex (va al mediodía, un horario piola en vacaciones); Peppa Pig. Hora de aventuras en el Metropolitan (en este caso, la puesta de un par de años atrás era francamente mala. Es de esperar que con entradas que van de los 450 a los 800 pesos, los productores hayan invertido algo más, como un gesto de respeto al público). Estas son solo algunas, y el lector podrá encontrar muchas más en su canal favorito. En todos estos casos el adulto deberá tener en mente que va como acompañante de los niños que lleva a su cargo, antes que a sumarse como espectador, como sí puede ocurrir en otras propuestas. A fin y al cabo, si los vemos felices, nosotros estamos felices. ¿No?
Festivales y ciclos
Desde diferentes espacios se plantean festivales y ciclos especialmente concebidos para estas vacaciones. Uno que pinta bien es el Festival Imaginario en el teatro IFT (Boulogne Sur Mer 549), con una programación que incluye a los grupos Urraka, Babel Orkesta, Lalá y El Toque Toque, entre muchas otras compañías y obras de teatro, algunas de España. Hay espectáculos de ciencia, magia, circo y títeres, y también talleres. El festival es organizado por ex directores del Canal Pakapaka, responsables de los musicales de Zamba y de los festivales de la señal pública.
En el Auditorio Belgrano (Av Cabildo 1400), el Festival Abracadabra invita a 42 funciones de tres obras de teatro musical: ¿Dónde está el final feliz?, La batuta mágica y Superhéroes vs. Zombies. La mitad de lo recaudado se donará a organizaciones de la sociedad civil e instituciones educativas, entre otras Unicef. Antes de cada función hay juegos, actividades con artistas plásticos, magos y acróbatas en el hall del auditorio, anticipando lo que será la campaña “Un sol para los chicos”. Como una opción barrial, en el teatro El Alambique de Villa Pueyrredón (Griveo 2350) hay un muy buen ciclo, no sólo por la grilla sino porque también suma talleres y espacios de libros al espectáculo central. Allí están programados, entre otros, el Dúo Karma, Hugo Figueras, La Banda de las Corbatas, Batuké, y las obras teatrales Un viaje inesperado y Miniaventuras (ver programación en www.tetaroelalambique.com <http://www.tetaroelalambique.com>).
Qué bueno, es gratis
Y por último y no menos importante (obvio), están los espectáculos que se ofrecen con entrada gratuita o a la gorra, que merecerán una nota aparte en esta sección, pero que vamos anunciando. La tradicional Feria del Libro Infantil ya funciona todos los días en sus tres sedes: El Centro Cultural Kirchner, el Pasaje Dardo Rocha de La Plata y Tecnópolis. Por suerte, desde hace unos años tiene entrada gratuita, y la misma oferta amplia de actividades, talleres, espectáculos, presentaciones y firmas de autores, además del atractivo de ver libros por aquí y por allá. Todos los días hay cosas lindas para ir a ver y hacer (se puede consultar la programación en www.el-libro.org.ar <http://www.el-libro.org.ar>).
En el CCK, además de visitar la feria se puede pasar la tarde en el Espacio Infancia, que permanecía cerrado y que funciona para vacaciones. Allí están las muestras interactivas de Petit, el monstruo, el personaje de Isol, y de El hombre más chiquito del mundo, de Juan Pablo Zaramella. También se presentan dos s espectáculos musicales: DesConcierto para orquesta, una parodia de la Guía orquestal para jóvenes, que Benjamin Britten creó para mostrar los distintos instrumentos y familias de la orquesta sinfónica. Y Rapsodia de animales, que parte de la célebre El carnaval de los animales de Camille Saint-Saëns, pero que termina sumando la participación del público entre los animales y géneros intrpretados.
Un espacio que mantiene una propuesta interesante y gratuita todo el año es el Centro Cultural de la Ciencia, en Palermo (Godoy Cruz 2270). Allí de miércoles a domingos, además de recorrer las salas, se ofrecen talleres y actividades vinculadas a la ciencia, para diferentes edades. Además se propone el espectáculo teatral acrobático ¡Fuerza Atómica! Historias de la ciencia en el ring, que recrea una “lucha libre del conocimiento científico”. Bajo las reglas del catch se baten Isaac Newton, Marie Curie, Albert Einstein, entre otros científicos luchadores. Hay dos funciones diarias, a las 15.30 y a las 17.30.
Otros espacio que permanece con buena oferta todo el año es la Usina del Arte, en La Boca (Caffarena 1). Desde mañana hay mucha y buena música para chicos (Rayos y Centellas, Pim Pau, Cuatro Vientos, Capitán Sanata, Vuelta Canela y Mariana Baggio, en esta primera semana). También talleres, proyecciones y Frida y yo, una muestra interactiva en homenaje a Frida Kahlo para chicos de 5 a 10 años. Funciona todos los días de vacaciones, de 12 a 18. También el Museo Nacional de Bellas Artes (Av. del Libertador 1473), que además de las visitas guiadas teatralizadas y recorridos participativos por las colecciones del museo que mantiene durante el año, suma talleres de plástica y de animación (son gratuitos, pero requieren inscripción previa en www.bellasartes.gob.ar).
La que suprimió su oferta para la infancia es la Biblioteca Nacional. Para vacaciones se pone a tono anunciando una muestra de muñecas de Japón, sin más actividades al respecto. La Biblioteca del Congreso de la Nación, en cambio, tiene mucha propuesta cultural en Alsina 1835. Allí se luce la muestra Papel protagónico, esparcida por las dos plantas del espacio cultural de la biblioteca. También se anuncia una kermese literaria, una adaptación de la ópera La reina de la noche, narraciones, títeres, magia, teatro y talleres de robótica (ver programación en www.bcn.gob.ar).
Y sigue estando Tecnópolis, que ya no es lo que era, pero todavía es una opción gratuita interesante para recorrer en familia (y todavía tiene los dinosaurios mecánicos). Hace unos días se paseó por allí Antonia con su papá Mauricio Macri, y con otros funcionarios, en la inauguración oficial de este espacio para vacaciones. El predio de Villa Martelli depende del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos y el ministro anfitrión estaba pero fue prolijamente omitido en las fotos de prensa y en toda comunicación oficial. Es que el responsable y defensor de los despidos de 357 trabajadores de la agencia nacional de Noticias Télam, viene ganando mala imagen tras la reacción social a estos despidos, y por el momento permanece “escondido”. Así que papis, mamis, niñes argentinos: pueden ir tranquilos a Tecnópolis. No tendrán que cruzarse con Hernán Lombardi.