Al menos 128 personas murieron ayer y otras 200 resultaron heridas en un atentado suicida durante un acto electoral en la ciudad de Quetta, ubicada en el suroeste de Pakistán, según ha indicado el ministro de Salud, Faiz Kakar. En el ataque, el peor en el país en años, falleció uno de los candidatos en las elecciones, Siraj Raisani, líder del partido Balochistan Awami (BAP).
Raisani fue trasladado en estado terminal a un hospital cercano, donde los médicos no pudieron hacer nada para salvar su vida. Según la policía, más de mil personas estaban en el acto de este político cuando ha sucedido la explosión. “Más y más personas están muriendo en las clínicas”, dijo Lashari, jefe administrativo de la provincia, Qaim. Medios informaron que el atacante detonó de ocho a diez kilos de explosivos en medio de varias personas. “El atacante estaba sentado entre las personas (que asistían el acto) e hizo explotar las bombas que portaba al final del evento”, ha indicado Sana Ullah, portavoz de la policía del distrito de Mastung..
Además, al menos 200 personas resultaron heridas. El atentado ayer a la tarde en la región Mastung estuvo dirigido contra un punto de reunión del partido Baluchistán Awami. Entre las víctimas mortales se encuentra el candidato Raisani del partido BAP para las elecciones parlamentarias del 25 de julio. Apenas horas después, el grupo yihadista Estado Islámico (EI) asumió la autoría del atentado suicida en un mitin electoral en el oeste de Pakistán, en el que han muerto al menos 128 personas. En un escueto comunicado difundido por la agencia Amaq, afín al EI, y cuya autenticidad no pudo ser verificada, la organización terrorista informo de “un ataque de martirio con un cinturón de explosivos durante un mitin electoral”.
Ya por la mañana habían muerto en la ciudad Bannu, en el norte del país, al menos cinco personas murieron cuando explotó una bomba durante un discurso del ex primer ministro de la provincia Khyber-Pakhtunkhwa, Akram Durrani. Durrani, candidato de la MMA, una alianza de partidos islamistas, salió ileso. Un médico de la clínica de la ciudad informó sobre unos 30 heridos, de los cuales algunos están en estado crítico.
Este fue el tercer atentado contra candidatos en pocos días. El martes, un atacante talibán se hizo volar por los aires en un acto en la ciudad de Peshawar, en el noroeste del país, matando a al menos 20 personas.
Baluchistán es la provincia más grande, pobre e intranquila del país. Una y otra vez hay allí ataques especialmente sangrientos de un amplio número de grupos extremistas. En octubre de 2016 más de 60 cadetes de una academia de policía murieron en un ataque nocturno contra sus barracas. En noviembre de 2016, más de 50 personas murieron en un sangriento atentado contra un santuario chiíta.
El 25 de julio más de 100 millones de paquistaníes votarán una nueva Asamblea Nacional así como Parlamentos provinciales. La Comisión Electoral había pedido preventivamente a los militares proteger las elecciones con unas 370.000 fuerzas de seguridad.
En diciembre de 2014 hubo una cifra similar de muertos en un ataque de los talibanes contra una escuela del Ejército en la ciudad de Peshawar, en el noroeste de Pakistán. En ese entonces murieron alrededor de 150 personas, la mayoría niños. Después de ello, se redujeron la cantidad de atentados y víctimas por las masivas ofensivas militares emprendidas contra algunos de los grupos extremistas.
Pakistán celebrará elecciones generales y provinciales el 25 de julio, en las que están llamados a votar 105 millones de ciudadanos, según datos de la Comisión Electoral del país. La violencia se redujo en el país durante 2017 con 1.260 muertos por terrorismo –540 de ellos civiles, 208 miembros de las fuerzas de seguridad y 512 supuestos terroristas–, la cifra más baja en una década, según el Portal de Terrorismo del Sur de Asia, que estudia la violencia en la región.