¿Qué creés que siento sobre vos o pienso sobre vos? ¿Creés que soy sofisticada? Esa no es un pregunta justa porque yo tampoco sé cómo contestarla. Me sobreestimo. Creía poder estar con los chicos grandes. Los adultos. Los que hacen preguntas como si ya supiesen las respuestas. Los que nunca muestran las cartas; los que no dan souvenires emocionales.
Tengo que encontrarle la vuelta a esto de una vez, esto de obsesionarme con hombres inaccesibles. Creo que ya lo cubrí todo. Creo que ya lo desangré hasta que se quedó seco, este asunto. Primero hombres homosexuales, ya establecidos en su inaccesabilidad antes de llegar, así que no pude tomarlo como algo personal. Sólo lo justo como para quedarme con el gusto en la boca. El gusto del desinterés y el abandono, como el queso cottage con un resto similar al del bacalao ahumado. Desde entonces no me conformo. Antes parecía querer a los imbéciles silenciosos como entrada y ahora llegó el momento en que me estoy comiendo una cena abundante de uno de ellos. Y ya tuve suficiente. Quiero la cuenta. ¡Mozo!
No puedo focalizarme en lo bueno. Hay cosas buenas pasando todo el tiempo a mi alrededor, pero no confío en ellas, no las aprovecho, no les dedico tiempo, estoy demasiada preocupada con mi atesorado pánico. Parece demandar toda mi atención. Mi propia colección privada de pánico. Necesito escribir. Mantiene mi atención el tiempo suficiente y me permite completar pensamientos. Dejar que cada tren de pensamiento llegue a su conclusión y que comience uno nuevo. Me hace pensar. Temo que si dejo de escribir voy a dejar de pensar y empezar a sentir.
Confío en todos. No tengo un yo privado y restrictivo, reservado específicamente a ciertas personas confiables. Confío y a la vez desconfío de todos. El círculo completo. Pero esta vez, al volver a cero, soy capaz de actuar el error como una experta. Estoy en camino a convertirme en una perdedora muy calificada. Una especialista, la perdedora que vendrá a acabar con todas las perdedoras. Una talentosa del fracaso. Yo fracaso con estilo y con elegancia.