Finalmente, Bélgica hizo historia en Rusia. No fue la que hubiesen preferido los Diablos Rojos, pero el triunfo de ayer por 2-0 sobre Inglaterra les valió el tercer puesto, el mejor en trece Mundiales jugados. Hasta hoy, la posición más alta conseguida por los belgas había sido el cuarto lugar alcanzado en México 1986, luego de caer ante Francia por 4-2 en tiempo suplementario.

En una tarde soleada en el San Petersburgo Arena, Bélgica llevó la iniciativa desde el arranque. Y eso se reflejó a los 4 minutos cuando Meunier escapó fácilmente a su marca para meterse en el área y empujar  un centro de Chadli desde la izquierda. Con una conexión de carrilero a carrilero, Bélgica se ponía 1-0. Meunier (en lugar de Dembelé) fue uno de los dos cambios que hizo el entrenador Roberto Martínez con respecto a los once que perdieron contra Francia en la semifinal (el restante fue Tielemans por Fellaini). Del otro lado, Gareth Southgate optó por darle la oportunidad de titularizar a varios de los que venían siendo suplentes. En total fueron cinco las variantes inglesas. 

El 2-0 final llegó, a los 82, de la mano de Hazard, que definió con gran categoría ante Pickford y sumó un argumento más para su candidatura al Balón de Oro de esta Copa. Quien no pudo hacer lo propio para disputar por la Bota de Oro fue Lukaku, que no estuvo certero a la hora de definir pero volvió a demostrar que es un jugador muy completo e inició la jugada del primer gol con un gran pase entre líneas para Chadli. El delantero de ascendencia congoleña necesitaba dos goles para alcanzar a Harry Kane, que tiene seis, y tuvo nuevamente una deslucida actuación. 

Para los británicos, campeones en 1966, el cuarto puesto al que fueron relegados igualó su segunda mejor posición, conseguida en Italia 1990.