Novak Djokovic jugará hoy la final de Wimbledon por quinta vez en su carrera frente al sudafricano Kevin Anderson. La clasificación la consiguió ayer al completar un maratónico partido frente a Rafael Nadal, al que venció en la semifinal por 6-4, 3-6, 7-6 (11-9), 3-6 y 10-8, en cinco horas y 14 minutos.
En la noche del viernes el encuentro se suspendió por las normas comunitarias que no permiten jugar más tarde las 23 en el torneo británico. Con un marcador de 6-4, 3-6, 7-6 (11-9) para el serbio y dos horas y 54 minutos, todo debió resolverse ayer. Esta fue la singularidad del capítulo 52 de la rivalidad más repetida de la era abierta del tenis. Esta vez Djokovic consiguió su billete para la final número 22 en un Grand Slam a lo largo de su carrera, donde presenta un record de 12 títulos y 9 finales. Además, amplió el cara a cara ante el número uno del mundo que ya es de 27-25. Hasta ese momento la igualdad era máxima. Hasta tal punto que Nadal y Djokovic se habían repartido todos los puntos de manera equitativa 107-107. La batalla tuvo que retomarse bajo techo, en las mismas condiciones en las que se había iniciado un día antes.
El primer juego de la reanudación se prolongó durante quince minutos. El número uno del mundo resistió a dos amenazas de break de su rival, escapando con un gran servicio y dos misiles con el revés para mantenerse con vida. Apenas un juego después Nadal invirtió la situación tras colocarse 15-40, pero el español no dejó escapar la oportunidad para tomar la primera ventaja (2-0).
Tras un inicio arrollador, con el mismo nivel de tenis con el que había abandonado la noche anterior la Centre Court, el español logró escaparse (3-0). Todo iba bien para Nadal, mientras su rival trataba de encontrar la manera de aterrizar sobre el verde londinense. Sin embargo, Djokovic aprovechó su momento para apretar en el momento preciso. Tres juegos consecutivos –con break incluido– dejaron todo como al principio (3-3) con un parcial de 12-2 en los puntos disputados.
El partido era cambiante. De nuevo Nadal elevó el nivel de agresividad y tuvo la oportunidad de sacar para cerrar con su servicio (5-3). El serbio se encontró con un 0-40 combinando golpes de genio y una doble falta. El español las fue salvando, poniendo siempre la pelota en juego con segundos servicios y con un ace mandó el encuentro al quinto set.
En la hora de la verdad, blindaron los servicios. Nadal no dejó escapar un solo punto con su primer servicio (9/9) en sus tres primeros turnos con el saque (3-3). Apenas había tregua para el resto. Y es que el español tampoco pudo ganar más de tres puntos de 19 a esas alturas del set. Con números tan ajustados, el billete para la final estaba destinado a decidirse por un pequeño detalle.
Nadal evitó decir prácticamente adiós a sus opciones en el octavo juego, cuando Djokovic disfrutó del primer punto de break del set. La derecha surgió como bote salvavidas para mantener su saque (4-4). Como tantas veces ocurrió durante el partido, el mallorquín respondió colocándose 15-40, sin embargo el serbio también resistió (5-4). Como también lo hizo con 7-7, levantando 3 oportunidades de break más.
Con una delicada volea sobre la línea, el español pudo salvar el primer punto de partido con 8-7, 30-40 en el marcador. Los servicios seguían dictando sentencia hasta que Djokovic logró su primer break de la quinta manga (4/19 en el partido) para lograr su pase a la final tras un maratoniano 10-8.
El serbio peleará por el título frente a Kevin Anderson. Djokovic domina el cara a cara por 5-1 y será la tercera vez que se enfrenten sobre el césped londinense. La última vez que lo hicieron, el duelo se decidió en cinco sets, después de que el de Belgrado levantara dos sets a cero. Esta será la primera vez que lo hagan con un título en juego.