Desde Bogotá
Arrancó el camino de las Farc en la Jurisdicción Especial de Paz (JEP) diseñada por gobierno y los mismos ex combatientes que se estrenaron en el polémico escenario de justicia transicional que el gobierno del presidente electo Iván Duque reformará, como muchos otros puntos del acuerdo de paz, según anunció en su campaña hacia la Casa de Nariño que ocupará el próximo 7 de agosto.
A pesar de los múltiples ataques y cambios que ha vivido desde la firma del acuerdo de paz en 2014, la JEP continúa abriéndose paso a la vida con hitos como el que dio inicio anteayer a las tres y diez de la tarde: la entrada de 31 farianos a la Sala de Reconocimiento de Verdad, de Responsabilidad y de determinación de hechos y conductas. Cuatro integrantes del antiguo secretariado y Estado Mayor Central de las extintas FARC - EP, hoy partido político, participaron en la esperada diligencia judicial con la cual se dio apertura al Caso 001 de la JEP: La responsabilidad de Farc en la retención ilegal de personas.
La Jurisdicción decidió empezar con el delito de secuestro tras discutir los criterios de priorización con organizaciones sociales y víctimas, y encontrar que el drama que padecieron muchos policías, civiles y militares durante los más de 50 años de existencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia fue uno de las más abominables y rechazadas prácticas de la guerra que culminó hace un año y medio, con la dejación de armas de los insurgentes y la acreditación de 13 mil hombres y hombres por parte de Presidencia para regresar a la vida civil. De acuerdo con investigaciones del Centro Nacional de Memoria Histórica, entre 1970 y 2010 las Farc estuvieron involucradas en 9.447 secuestros; y su autoría se habría confirmado en 3.325 casos.
La JEP llamó a la diligencia de ayer a 31 integrantes de Farc, entre ellos “Romaña” Henry Castellanos, “Pastor Alape”, “Pacho Chino”, y otros nombres que se hicieron conocidos durante la confrontación armada y posteriormente como líderes de paz en los Diálogos de La Habana y múltiples escenarios de reconciliación donde los ex comandantes han pedido perdón a sus víctimas y se han abrazado con sus antiguos enemigos: militares, ex paramilitares y particulares, que, después de las reformas a la JEP liderada por la derecha en el Congreso, no tendrán que comparecer en la Jurisdicción de forma obligatoria. Pese a ello, muchos integrantes de la Fuerza Pública ya están acogidas a la JEP y no aceptan la propuesta de Duque y el Centro Democrático de crear un tribunal distinto para ellos pues ven en este escenario las garantías para aportar verdad y obtener los beneficios que tendrían también los integrantes de Farc: pena privativa de libertad pero no en cárcel, por ejemplo.
Este viernes, Rodrigo Londoño “Timochenko” fue el primero en llegar al edificio de JEP en la carrera Séptima de Bogotá saludando la prensa con gestos triunfalistas, seguido de Julián Cubillos “Carlos Antonio Lozada” y Pablo Catatumbo Torres Victoria, que portó rosas rojas y no quiso responder preguntas. Al interior de la sala, Rodrigo Londoño fue el primero en hablar y asegurar, como lo ratificó Catatumbo, su voluntad de comparecer ante la justicia y aportar verdad. Las víctimas también esperan que con el Caso 001 se encuentren los cuerpos de quienes fueron secuestrados y luego quedaron desaparecidos. Desde la cárcel La Picota “Jesús Santrich” asistió a la citación vía video conferencia. Un amplio grupo de abogadas y abogados, algunos por primera vez presentándose ante medios de comunicación, acudieron a la sala desde el medio día y hasta el final de la tarde. Fueron tres horas de presentación de magistradas, apoderados de las Farc, Ministerio Público, prensa y funcionarios de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por desaparecidas.
Los otros comandantes, todos hombres, que fueron citados a la primera diligencia de JEP, no estuvieron personalmente pero gracias a sus abogados manifestaron su deseos de comparecer. En algunos casos, por la premura de la citación –explicaron– y por las condiciones de aislamiento pues están en zonas rurales alejadas, no lograron firmar con todos los requisitos las cartas para sus apoderados legales, por lo cual la JEP decidió otorgarles defensores de su misma jurisdicción a fin de no entorpecer su participación.
“Que nadie pueda decir ni escribir jamás, que nuestro partido FARC faltó en lo más mínimo a los compromisos acordados. Esa es nuestra preocupación cotidiana y permanente. Por eso nos hacemos presentes hoy aquí, en atención a lo acordado en el punto 5 sobre víctimas del conflicto, Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición, que incluye la Jurisdicción Especial para la Paz”, dijo al terminar la audiencia el número del partido Farc, Timochenko, quien fue enfático en afirmar que la ex guerrilla quiere que se conozca la verdad y que haya justicia. “Nuestro interés por colaborar con la JEP, por comparecer ante ella, por responder con verdad plena, no puede ser puesto en duda”, aseguró agregando luego críticas por el “show mediático” que suscitó su comparecencia, a lo cual algunos reporteros le recordaron que el Proceso de Paz y su desenlace debe ser público y de cara a las víctimas.
La Magistrada Julieta Lemaitre, quien presidió la diligencia de ayer junto a cuatro mujeres y un hombre, declaró que “el inicio de esta etapa es un acontecimiento histórico que constituye un paso fundamental en los esfuerzos para poner fin a un conflicto armado. El sistema integral de verdad, justicia, reparación y no repetición fue creado como parte del Acuerdo Final para la Construcción de una Paz Estable y Duradera, cristalizando la centralidad de las víctimas. La contribución a la verdad, que se inicia en este caso, es un pilar supremo para la satisfacción del derecho de las víctimas a obtener verdad plena sobre lo ocurrido”. La Magistrada escuchó la defensa de los farianos en lo referente a asuntos logísticos y papeleos, pues, cuando querían referirse a que estaban cumpliendo al acuerdo o que participaron o no en secuestros, Lemaitre les recordó que estos alegatos se darían en otra etapa y el encuentro de ayer se trataba solo de ponerles en conocimiento de los múltiples casos por los que tendrán que responder.
De acuerdo con el equipo de prensa de JEP, la de ayer no fue una audiencia propiamente dicho sino una citación para primer, avocar conocimiento y copias del Caso 001 a los 31 involucrados; segundo, para recordarles las condiciones en las cuales ingresan a la Jep, por ejemplo, no volver a delinquir y aportar a la verdad; tercero, para trasladar los informes y bases de datos del Caso en cuestión; y cuarto para notificarles su obligación para dar conocimiento sobre las personas secuestradas y desaparecidas.
Por ello la Sala de Reconocimiento les entregó a los tres integrantes de Farc presentes físicamente, y los representantes de los demás, incluido Santrich quien está privado de su libertad y se quejó porque Fiscalía no le permitió atender la citación personalmente, los siguientes documentos para que preparen su defensa: (i) el Inventario de casos relacionados con retenciones ilegales atribuibles a las Farc-EP, contenido en el informe No. 1 denominado Inventario de casos del conflicto armado interno, presentado por la Fiscalía General de la Nación ante esta Sala. (ii) El inventario individual de casos de retenciones ilegales que le corresponde a cada comprometido, contenido en el informe No. 1 denominado Inventario de Casos del conflicto armado interno, presentado por la Fiscalía General de la Nación, ante esta Sala y el Informe No. 2 presentado por la Fiscalía, denominado “Retención ilegal de personas por parte de las Farc-EP.
Además del enorme paso que se dio ayer para que comience el largo camino de la Justicia, aunque sea solo por parte de Farc dado que otros actores no tienen obligación de comparecer, se trató de un día histórico pues los dirigentes de Farc aprovecharon su cita a la Sala de Reconocimiento para pedir perdón por las afectaciones que generaron durante la guerra. “Nos hallamos abocados a realidades dantescas, de las que seguramente brotaron daños, dolor, angustia y pérdidas irreparables a muchas familias colombianas y extranjeras. Pedimos perdón a todas ellas, haremos hasta lo imposible porque puedan conocer la verdad de lo ocurrido, asumiremos las responsabilidades que nos correspondan, contribuiremos hasta donde sea posible con su reparación, y haremos todo cuanto esté a nuestro alcance porque hechos de esa naturaleza jamás vuelvan a repetirse”.