La seguridad de Rusia 2018 por demás estricta pero falló en la final: a los 7 minutos del segundo tiempo cuatro mujeres vestidas con pantalones negros, camisa blanca, corbata y sombreros entraron a la cancha y corrieron a saludar a los jugadores de ambos equipos. De inmediato fueron perseguidas por los encargados de la seguridad. La banda punk Pussy Riot se adjudicó el hecho, en protesta a las políticas de Vladimir Putin.
El hecho se llevó todas las miradas justo después de una de las tantas corridas de Kylian Mbappé, quien quedó mano a mano con el arquero croata Danijel Subasic y no pudo convertir. Minutos después del hecho, la banda punk Pussy Riot se adjudicaron la performance titulada "Policías entran en el partido".
Explicaron que fue al cumplirse hoy 11 años de la muerte del poeta ruso Dmitriy Prigov, creador de la imagen del "policía celestial" en la cultura rusa. Por eso las activistas entraron vestidas como antiguos oficiales de policía para reclamar que la "policía terrenal" cese su persecución a opositores al gobierno de Vladimir Putin. Exigieron la "libertad de todos los presos políticos", competencia política en el país y el final de las detenciones en las protestas.
Las imágenes de quienes entraron al campo de juego no fueron muchas, Como es habitual en estos casos los responsables de la transmisión siguieron las directivas de la FIFA no quiere visualizar esas situaciones. El partido estuvo detenido un minuto.