Los Bigolates de Chocote tienen un Bigo-Mega-Plan: un plan para hacer que sus canciones se escuchen en todo el mundo y en todo el universo. Hacia allí van, con diferentes estrategias, entre lo absurdo y lo cómico. Y cada estrategia los lleva a una canción distinta. No se sabe si estos temas llegarán a los alienígenas, pero los chicos de esta zona del mundo ya escuchan sus canciones hace rato. Y saben que, en vivo, el grupo alcanza el particular logro de sumar música y teatro en dosis parejas. Después de su premiado espectáculo en la temporada anterior en el Cervantes, proponen en el Paseo La Plaza Me pone alegre (así se llama, también seu segundo y último disco). Va todos los días (los lunes no descansan) en el Paseo La Plaza (Av. Corrientes 1660).
Bigolates de Chocote son Adriana García, Verónica Vellón, Patricio Famulari y Marcela Herrera. Con ellos tocan en vivo en este espectáculo Germán Weil (batería) y Julián Cusmano (bajo y cavaquinho). Al igual que en su propuesta anterior, el equipo creativo tiene a Martín Joab en la dirección, a Azul Borenstein en la escenografía y vestuario, y a Valeria Narváez en la coreografía. Pero, al final, ¿Son una compañía teatral o una bande de música? La respuesta es: las dos. En vivo se los puede ver como una banda, con un formato más de recital, o como en esta flamante propuesta, en una puesta más teatral.
“Como todo lo que hacemos, el espectáculo apunta a toda la familia. Está pensado para que los grandes disfruten a la par de los chicos, y se integren ellos también. La idea es pasar un buen momento en familia. Sabemos que los grandes la pasan re bien, y los tenemos muy en cuenta a la hora de hacer un chiste o comunicar. Está pensado, de verdad, para todas las edades”, explican los integrantes. Que tienen formaciones muy distintas: actriz y bailarina, clown y músico, docente de chicos hipoacúsicos, psicóloga. Con esos orígenes diversos, los unió, siete años atrás, un trabajo en común como animadores. “Juntos fuimos haciendo todo un proceso: de animadores de fiestas a compañía teatral y banda de música para chicos y sus familias”, dicen.
Al final, los Bigolates de Chocote también tienen, en la vida real, un “Bigo-Mega-Plan”: “Como en la obra, queremos que nuestras canciones lleguen más lejos, que las escuchen más niños y niñas, que lleguen a más casas… así que es nuestra historia verdadera”, reflexionan. “Eso implica objetivos, apostar a crecer y a llegar más lejos, y correr riesgos. ¡También como en la obra, nos hemos mandado con muchas ideas disparatadas, que parecían una locura!”, se ríen.