Dieciséis personas, la mayoría con principio de asfixia o crisis nerviosa, entre las cuales hay diez bomberos voluntarios, fueron afectadas por un incendio de gran magnitud que destruyó ayer una fábrica de colchones en el partido bonaerense de Avellaneda y causó alarma en la población, que debió evacuar sus viviendas. El siniestro, que fue combatido por más de 20 dotaciones de bomberos, se inició poco antes del mediodía en la fábrica de colchones Simmons (foto) situada en Heredia 626, Gerli, muy cerca del shopping Alto Avellaneda y lindera al barrio Agüero.

Poco antes de las 13.30 las llamas ya estaban controladas, pero los bomberos no pudieron evitar que la fábrica, que ocupaba una superficie de 50 por 300 metros, quedara totalmente destruida.

Los vecinos dieron el alerta a los bomberos al percibir el humo en sus hogares y rápidamente se ordenó evacuar todas las manzanas linderas, ya que es una zona densamente poblada. Muchos jóvenes abandonaron sus hogares al ver el tenor de la llamas, pero los propietarios de más edad no quisieron hacerlo pese a que los bomberos les aseguraban que había peligro de derrumbe de la medianera que lindaba con la fábrica.

Adela, una mujer de 72 años, confió que no quiso moverse de su casa pese a que toda su familia ya lo había hecho porque “tengo miedo de que los bomberos rompan la medianera y la gente ingrese a mi casas”. En tanto, Héctor, también vecino, destacó que lo primero que hizo “fue llevar el auto al shopping Alto Avellaneda”.

Federico Villagrán, director de Emergencias de la provincia de Buenos Aires, dijo que “llegaron al lugar dos ambulancias, dos de terapia intensiva móvil, dos del municipio de Lanús y una del Same de Quilmes para atender a los posibles afectados por la emergencia”. Explicó que, tras la evacuación preventiva, “debieron atenderse en el lugar a diez bomberos con principio de asfixia por inhalación de monóxido de carbono, a otras cinco personas que sufrieron crisis de nervios y una que se torció un pie al caerse de una escalera y fue la única derivada al hospital Fiorito”.

“Primeros nos asustamos todos por el humo y salimos a la esquina y allí vimos la inmensidad de las llamas, por suerte los bomberos actuaron rápido y no se propagó a las viviendas cercanas”, relató otro vecino. Ana, que vive a diez cuadras de la fábrica siniestrada, contó que siente un olor penetrante y que el humo es espantoso, en tanto Solange, que vive frente a la fábrica, comentó que “se puso todo negro y adentro de mi casa hay un olor terrible, un humo super tóxico”.

La fábrica, a unas cuadras también de los estadios de Independiente y de Racing, tiene unos 120 empleados que salieron antes de que la llamas se propagaran por todo el predio. Los empleados “pudieron salir a tiempo y se cree que el fuego comenzó en la zona de depósitos y logística”, confirmó José Minaberrigaray, del sindicato de Empleados Textiles, uno de los gremios que, junto al del Plástico, tienen afiliados en la empresa.

Mientras, la policía desviaba el tránsito, y la electricidad y el gas fueron cortados, informaron voceros de Edesur y Metrogas.