En el primer semestre del año la importación de productos de marroquinería aumentó en un 50 por ciento, más precisamente 49,9 por ciento respecto de igual período del 2017, según confirmó ayer la Cámara Industrial de Manufacturas del Cuero (CIMA). El crecimiento de las compras externas se contrapone con una frágil situación interna para los productores nacionales ante un aumento de los costos por los tarifazos y la devaluación que encarece algunos insumos básicos y un mercado se contrajo. Los principales incrementos se dieron en el arribo de cuero y símil, billeteras, cinturones, bolsos, mochilas y ropa de cuero. El boom importador que generó la política de apertura comercial que implementó el Gobierno quedó además reflejado también en el incremento en la cantidad de empresarios dedicados al pase de manos entre las compras externas y las ventas domésticas. El número de importadores registrados del sector se triplicó (aumentó un 202,1 por ciento) al pasar de 470 en 2015 a 1470 actualmente.
Las cámaras empresarias de la industria del calzado, textil, indumentaria y marroquinería habían alertado en un documento conjunto sobre la situación de “profunda crisis” que atraviesa la actividad y pone en riesgo unos 500 mil puestos de trabajo directos. Identifican como causas de esta situación la retracción de la demanda derivada de la caída del poder adquisitivo, la “persistente presión” de las importaciones y la fuga de consumidores hacia mercados externos. La situación se hará todavía más cuesta arriba en la segunda mitad del año tras el ajuste que acordó el Gobierno con el Fondo Monetario. “Será definitivamente negativo para muchos sectores de la industria nacional, ya que a esta inexorable reducción del mercado se suman un constante aumento de importaciones de bienes finales y tasas de interés superiores al 40 por ciento que hacen imposible el financiamiento a pymes”, dijo a este diario el titular de CIMA y dirigente de Cgera Ariel Aguilar.
Pero la conversión de productores a importadores se disparó con la apertura económica aplicada por Cambiemos, aunque se aceleró en los últimos meses. Las importaciones el año pasado acumularon un incremento de 75 por ciento respecto de 2015 (dos años hacia atrás). En el primer semestre ya se computa un aumento de 50 por ciento interanual. “En el contexto actual, con una caída del consumo del mercado interno del 30 por ciento promedio, esta suba de importaciones profundiza aun más la crisis de nuestro sector”, alertó Aguilar.
El dirigente aseguró que le preocupan “la declaraciones del nuevo ministro de Producción, Dante Sica, cuando dice que no busca limitar las importaciones, sino que las empresas deben ser competitivas y exportar más”. “Nuestro sector históricamente ha sido exportador. El problema es que la estructura productiva argentina, a excepción de los salarios, está dolarizada. El cuero, en nuestro caso, tiene valor dólar, ya que el 90 por ciento se exporta en estado terminado o semi terminado. Y los costos logísticos tienen relación directa con los combustibles y también están dolarizados”, explicó Aguilar.
Desde el sector insisten en que no pretenden un cierre total de las importaciones, pero reclaman “un esquema de administración responsable del comercio exterior”. “Los términos en que se plantea la cuestión de competitividad es falsa, ya que el 80 por ciento de los costos tiene que ver con cuestiones que puede regular el Gobierno, como las tarifas. Pero la caída del consumo, el aumento de las importaciones, la suba de las tarifas y las altas tasas de interés que hacen inviable cualquier proyecto productivo. Ya generaron la perdida de más de 3 mil empleos y el cierre de 70 fabricas”, concluyó el directivo.