Políticos y activistas de izquierda asistieron ayer, luego de tres días de debate, a la última jornada del XXIV Foro de San Pablo en La Habana, donde rindieron homenaje al fallecido ex presidente cubano Fidel Castro. Estuvieron presentes la ex presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro, de Bolivia, Evo Morales, y de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén.
En la reunión, los referentes de la izquierda latinoamericana y caribeña denunciaron la violencia sufrida en Nicaragua y Venezuela y también debatieron distintas estrategias a considerar frente al avance de la derecha en toda la región. Asimismo recordaron a Fidel y Chávez como próceres de la independencia latinoamericana y guías para las corrientes progresistas de la región.
El historiador cubano Eusebio Leal enalteció la capacidad de liderazgo de Fidel y destacó el valor político que tuvo para enfrentarse al poder y a quienes lo difamaron y dificultaron su gobierno. “Fue un hombre al que no se puede divinizar porque se disminuiría su capacidad de hombre. Si nos podemos reunir y meditar sobre nuestros derroteros es porque la Revolución que encabezó Fidel vive todavía”, afirmó el historiador cubano.
La ex presidenta Rousseff también coincidió en que Cuba, a pesar de las dificultades, continúa siendo una referencia para la izquierda latinoamericana. Asimismo recordó sus numerosos encuentros personales en La Habana. “Fidel cuidaba de su pueblo y al mismo tiempo se preocupaba por la suerte de otras naciones” dijo Dilma. Y cerró su intervención denunciando la “injusta prisión” de su mentor, el exmandatario Luiz Iná- cio Lula da Silva, quien se encuentra privado de su libertad en Curitiba desde el 7 de abril.
Políticos y activistas utilizaron además el encuentro como un espacio para conectar con colegas de otros países. “Aquí recabamos apoyos y canalizamos la solidaridad mundial de la izquierda” dijo el embajador saharahui en Nicaragua, Suliman Salem.
Por su parte, los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro, y de Bolivia Evo Morales, aseguraron ayer durante la jornada de clausura del Foro, que “la fuerza imperial” de Estados Unidos y su líder Donald Trump, son los actuales enemigos de Latinoamérica. “Mientras haya imperialismo habrá lucha. Mientras haya imperialismo en Estados Unidos, aunque está en decadencia, habrá conspiración, habrá intriga contra los Gobiernos progresistas”, dijo Maduro en la sesión. Según el mandatario, Venezuela ha tenido que enfrentar todo tipo de guerra no convencional y está ahora en primera línea de combate, sin embargo, las ha soportado sin rendirse. “Hemos sufrido grandes heridas, planes enloquecidos de la administración de Donald Trump y amenazas de ocupación militar. Cuba sabe de eso”, señaló Maduro, ovacionado por los más políticos reunidos en el Palacio de Convenciones de La Habana. Del mismo modo afirmó que no obstante esas amenazas Venezuela sabrá defender su paz debido a que nadie en latinoamerica tomaría una posición pasiva frente a agresiones externas.
“El enemigo de este tiempo es el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. El enemigo de la humanidad, del planeta tierra”, insistió por su parte Evo Morales, quien afirmó también que las ideas antimperialistas y la visión clara de Fidel Castro están hoy más vigentes que nunca. Luego Morales recordó su participación en foros anteriores y en especial los discursos de Fidel que podían llegar a durar siete horas, donde los oyentes podían dormitar un poco pero nunca irse porque era un privilegio escucharlo.
En la sesión de clausura del Foro de San Pablo, los participantes también aplaudieron la victoria en las urnas del presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, y expresaron su solidaridad con Nicaragua y el Gobierno de Daniel Ortega ante lo que ellos consideraron como “repetidos intentos de desestabilización de la derecha”. Según el nuevo mandatario cubano, Miguel Díaz Canel, el ascenso de la derecha hace necesario volver al ideal integracionista de Fidel y planificar acciones en común.
El Foro de San Pablo fue creado en los años 90 por iniciativa de Castro y Lula, dirigente del Partido de los Trabajadores de Brasil, y fue concebido como espacio de concertación política. Esta es la tercera vez que la reunión se celebra en La Habana después de 1993 y 2001. El anterior encuentro tuvo lugar en Nicaragua y el próximo está previsto para julio de 2019 en Venezuela.