“No somos todos lo mismo”, aseguró María Eugenia Vidal con su mejor cara de YoNoFui. Lo hizo después de anunciar que le pediría la renuncia a María Fernanda Inza como Contadora General de la Provincia de Buenos Aires.
“No somos todos lo mismo”, aseguró María Eugenia Vidal con su mejor cara de YoNoFui. Lo hizo después de anunciar que le pediría la renuncia a María Fernanda Inza como contadora general de la Provincia de Buenos Aires.
Inza no es solo desde hace tiempo una funcionaria de la más extrema confianza de la gobernadora. Es nada menos que la encargada de cuidar lo que firma desde la Secretaría Legal y Técnica.
Si algo faltaba para confirmar esa cercanía, fue la primera reacción de Vidal ante la divulgación de cada vez más testimonios de beneficiarios de planes sociales desmintiendo haber aportado a la campaña del PRO, tal como los había hecho aparecer el informe realizado por ese partido para justificar sus gastos de campaña.
La gobernadora decidió entonces blindar a Inza otorgándole el puesto de contadora general, un cargo que goza de estabilidad y protección legislativa porque tiene que ser aprobado por el Senado.
El jueves pasado, cuando Vidal hizo votar su candidatura a pesar de que todos los bloques opositores denunciaron que Inza estaba acusada ante la Justicia por su papel en el escándalo de los aportantes truchos, hacía un mes que la noticia había empezado a circular gracias a la investigación desarrollada por Juan Amorín en El Destape. También habían pasado varias semanas desde que se viralizaron las denuncias de los afectados por la maniobra, aportados por el propio Amorín y otros periodistas como Irina Hauser. Y varios días desde que este diario empezó a publicar los testimonios de ex candidatos del PRO que dejaban al desnudo el “modus operandi” utilizado por los recaudadores de Cambiemos en el lavado de dinero para su campaña.
La decisión de Vidal llegó el viernes pasado a la tapa de PáginaI12. El título fue “Vidal pone la trucha”, y la volanta que lo acompañaba dejaba en evidencia el doble juego de la gobernadora: “El mismo día en que se vio obligada a hablar por primera vez sobre el escándalo de los aportes truchos a la campaña del PRO, Vidal impulsó la candidatura para la Contaduría General de la Provincia de María Fernanda Inza, una de las principales denunciadas por el financiamiento ilegal.”
La hizo votar de urgencia y la hizo jurar de urgencia. Pero el escándalo no se detuvo. Así que unos días después el GPS oficial empezó a emitir un sonoro “recalculando”. Apenas unas horas antes de la conferencia de prensa prometida por Mauricio Macri, también de urgencia, Vidal anunció que le pediría a Inza la renuncia. Como si fuese Inza la que se infiltró en la Secretaría Legal y Técnica de la Provincia de Buenos Aires, como si fuese Inza la que se colocó como tesorera de la campaña, como si fuese Inza la que decidió utilizar los padrones de planes sociales para utilizar esos nombres al truchar los aportes, como si fuese Inza la que obligó a todos los senadores oficialistas a votarla en medio de las denuncias que ya la hundían.
Después de violar la ley, María Eugenia YoNoFui Vidal impulsa cambios en ella. Después de nombrar a Inza, María Eugenia YoNoFui Vidal le pide la renuncia. La única explicación a tantos cambios en tan poco tiempo es que la revelación periodística rompió el dique que le habían impuesto los grandes medios.
Tiene razón la gobernadora cuando dice que “No somos lo mismo”. Algunes son peores.