La Justicia ordenó al Servicio Penitenciario que traslade a un pabellón común a Lautaro y Alan Funes, los hermanos sindicados por homicidios, usurpaciones y ataques en barrio Municipal, ante la presentación de un recurso de hábeas corpus. A principios de este mes, los acusados pidieron que lo sacaran del pabellón que compartían con otros presos, en Piñero, y los pusieran a resguardo, ya que la libertad del delegado del lugar y la llegada de nuevos detenidos al sector les hizo temer por su vida. Ayer reclamaron que hace dos semanas están aislados y pidieron ir a uno de dos pabellones donde consideran que serían bien recibidos. Sin embargo, el Servicio Penitenciario indicó que debe entrevistar a todos los internos antes de decidir dónde recolocar a los hermanos de “alto perfil”. Los acusados denunciaron al personal de traslados por malos tratos, lo que será investigado por la fiscal de Violencia Institucional. “Ni siquiera recibo visitas. ¿Están esperando otra desgracia?”, dijo Lautaro, alias Lamparita, al recordar que su hermano Jonathan fue asesinado cuando salía de visitarlos en la cárcel, en febrero pasado, mientras estaban aislados y recibían visitas en días diferentes al resto del penal.

“Lo que yo pedí es que nos llevaran a un pabellón donde no corriera peligro nuestra vida”, se quejó Lautaro. “Estaba todo bien, pero a la hora de ingresar alguien tendríamos que estar de acuerdo nosotros. La unidad empezó a hacer lo que quiso y decidimos irnos a otro pabellón”, expresó el interno. Alan sumó: “En resguardo nos bajan la térmica, no nos entregan paquetes, nos engrillan, nos pegan en las costillas; siempre nos verduguean”, dijo sobre el personal.

Para la defensa, el lugar donde fueron trasladados “se llama celda de aislamiento, pero son buzones, donde no hay salidas al patio, ni actividades de ningún tipo, esto debe ser limitado en el tiempo”, agregaron los abogados sobre el espacio que el juez Suárez dijo conocer. “La mitad del tiempo que estuvieron detenidos, lo pasaron en resguardo. Están encerrados las 24 horas, solos en una celda que no tiene más dimensiones que una mesa, con vidrios rotos y frío”, sumaron.

Desde el Servicio Penitenciario señalaron que el traslado a resguardo fue “voluntario”, tras el ingreso de otros detenidos a un pabellón con capacidad para 60; y calificaron el lugar como “igual que el resto, pero con celdas individuales”. También aclararon que sí pueden recibir visitas, los miércoles; pero uno de los hermanos aseguró que no es lo mismo que las visitas vayan un día de semana, que un domingo, cuando reciben todos los internos. “Hace 23 días que no tengo visita, porque la última vez que tuve, estando en resguardo, mataron a mi hermano. ¿Esperan que pase otra desgracia?”, les preguntó.

Aunque el SP pidió 15 días para entrevistar a los internos de otros pabellones y analizar adónde los pueden trasladar, para el juez el plazo es “excesivo” y ordenó que se haga cuánto antes, con límite de tiempo el viernes 27 de julio. El magistrado recordó que en el caso de Ariel “Tubi” Segovia --quien pertenecía a la banda de la familia Caminos, enfrentada con los Funes-- no se resolvió adónde trasladarlo, en el término de un mes, y que fue a parar a un pabellón elegido por él, donde fue asesinado, en abril pasado.