Cena con el presidente, reuniones con funcionarios de primera línea y una conferencia de prensa. La protagonista excluyente es la mandamás del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde. La escenografía la pone el gobierno argentino que intentará aprovechar la segunda visita del año de la abogada francesa para enviar renovadas señales de confianza. Pretenden despejar las dudas que persisten en los mercados sobre la capacidad de las autoridades argentinas para cumplir con el programa de ajuste fiscal y reformas estructurales comprometido con el organismo multilateral para habilitar el crédito stand-by. Antes de trasladarse hasta la Quinta de Olivos para ser agasajada por Mauricio Macri, la abogada francesa se encontró con el flamante titular del Banco Central, Luis Caputo. El evento estelar de su periplo porteño tiene lugar hoy por la mañana durante una conferencia de prensa conjunta con el ministro de Hacienda y Finanzas, Nicolás Dujovne. La financista internacional y el encargado de implementar el programa de austeridad mostrarán su sintonía durante la segunda reunión de ministros de finanzas y banqueros centrales del G-20 que se desarrolla este fin de semana en Buenos Aires.
Para monitorear de cerca el cumplimiento del programa de ajuste, el FMI analiza la reapertura de sus oficinas locales que fueran cerradas en 2012. Las dudas sobre la capacidad de Cambiemos para llevar adelante el programa de austeridad exceden a los inversores. “Existe una preocupación vinculada a la habilidad del gobierno para construir el apoyo para las posibles medidas que necesitan ser aprobadas por el Congreso”, indica el informe interno sobre Argentina elaborado por los técnicos del organismo que fue remitido al directorio antes de habilitar el acuerdo stand-by. “Construir un consenso social alrededor de los principales elementos del programa será crítico y desafiante, en particular a la luz de la historia de los préstamos del FMI a la Argentina”, expresa el Staff Report elaborado a comienzos de junio que recién fue difundido la semana pasada. Los técnicos reconocen en el documento que existe un “compromiso en las autoridades de alto nivel para asociarse con el Fondo”, pero advierten que “ya existen críticas domésticas significativas al involucramiento del FMI y esto va a presentar un desafío persistente a lo largo del curso del acuerdo”.
“No estoy acá para negociar ningún programa de financiamiento. No estoy en el negocio de los préstamos. Argentina no solicitó un crédito y no lo necesita”, enfatizó Lagarde a mediados de marzo, apenas dos meses antes de que la corrida cambiaria precipitara las negociaciones para habilitar un inédito crédito del FMI por hasta 50.000 millones de dólares a lo largo de tres años. Aquel viaje de la francesa fue la primera visita realizada al país por un Director Gerente del Fondo en más de una década. Ayer comenzó su segunda visita para la que llegó acompañada por David Lipton, subdirector gerente del FMI y hombre fuerte en la estructura de poder como representante de Estados Unidos. También forman parte de la comitiva que arribó con Lagarde, el director del Departamento del Hemisferio Occidental, Alejandro Werner, y Roberto Caldarelli, jefe de la misión para Argentina.
“Es un placer reunirme con Luis Caputo. Espero continuar nuestro diálogo con el BCRA bajo su liderazgo”, escribió la francesa en su cuenta de la red social Twitter. El encuentro tuvo lugar en el Centro de Exposiciones y Convenciones (CEC) donde hoy se realizará la cumbre del G-20. Por la tarde, antes de sentarse a la mesa con Macri, Lagarde mantuvo una breve conversación privada con Dujovne en Olivos. En el Día del Amigo, la cena que ofreció Macri contó con la presencia de Caputo y Dujovne a quienes se sumó el Jefe de Gabinete, Marcos Peña.
Apenas horas antes de que Lagarde embarque hacia Buenos Aires, Dujovne relanzó el compromiso oficial con el ajuste fiscal. “Tenemos que seguir bajando el nivel de gasto pero el compromiso con las metas es irrenunciable. No hay chance que no se cumplan”, expresó el funcionario al ostentar un recorte de 5,6 por ciento en el gasto primario a lo largo del primer semestre de 2018. “Vamos a avanzar con recortes del lado del gasto. Argentina tiene demasiado gasto. Tenemos que seguir bajando nuestro gasto en términos reales”, consideró el titular del Palacio de Hacienda.