Luego de la invitación hecha desde la administración de Trump a Vladimir Putin a que visitara Washington en el próximo otoño, el embajador ruso ante Estados Unidos, Anatoli Antonov, afirmó que él no ha visto ninguna carta al respecto. La invitación fue difundida este jueves por Sarah Sanders, vocera de la Casa Blanca, no obstante la fecha es aun incierta. “El anterior encuentro fue un acontecimiento clave de la vida política, sin embargo no se trata de multiplicar el número de cumbres,sino de prepararlas minuciosamente, de hallar enfoques comunes y conseguir avances”. dijo Anatoli Antinov, en un foro internacional de debate.
La invitación suscitó también sorpresa en el director de inteligencia nacional de Estados Unidos, Dan Coats, quien se enteró de la medida cuando una periodista de la NBC le dio la noticia mientras lo entrevistaba en una conferencia de seguridad en Aspen, Colorado. “¿Cómo? ¿Puede repetir eso otra vez?”,repreguntó. “Está bien, esto va a ser algo especial” respondió Coats, quién agregó que el presidente no debería tener más interacciones uno a uno con Putin hasta que no se sepan los detalles acerca de lo que se habló en el encuentro entre ambos en Helsinki éste lunes.
Desde la Casa Blanca, en medio de la polémica que generó esta nueva cita, Pompeo, secretario de Estado, defendió la importancia de que los dos líderes continúen con sus reuniones. “Es increíblemente valioso para los ciudadanos de Estados Unidos que el presidente Putin y el presidente Trump continúen dialogando para resolver los difíciles asuntos entre nuestros países”, insistió.
En otro orden de cosas, respecto a la disputa comercial entre Washington, China y la Unión Europea (UE), Trump, volvió a agitar el conflicto al decir que está dispuesto arancelar todas las mercaderías procedentes de China y acusó a Pekín y a Bruselas de manipular sus divisas. “Estamos pensando en una cantidad enorme. Estoy dispuesto a llegar a los 500 (mil millones de dólares)”, anunció el mandatario en una entrevista concedida al canal CNBC. De realizarse las declaraciones del presidente, Estado Unidos consolidaría la tercera aplicación de gravámenes al país asiático con quien mantiene en una guerra arancelaria desde comienzos de julio. Estados Unidos dio el primer golpe, el pasado 5 de julio, al anunciar la imposición de aranceles a los productos chinos por valor de 34.000 millones de dólares, a lo que China respondió con idénticas medidas por similar cuantía. Seguidamente Washington redobló el enfrentamiento, a modo de represalia por la respuesta asiática e impuso nuevos aranceles del 10 por ciento a productos importados de China, por un valor de 200.000 millones de dólares.
“Hemos sido estafados por China durante mucho tiempo”, dijo Trump quien además justificó sus aranceles adicionales por el déficit comercial que su país mantiene con el gigante asiático. Además también denunció que la UE y Pekín están manipulando sus divisas y que estos países mantienen bajos tipos de interés mientras que en Estados Unidos los aumentan. “No me gusta que hagamos todo el trabajo en la economía y después ver cómo suben los intereses” agregó.
Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, sostuvo ayer que apuesta por poner fin al conflicto comercial entre Estados Unidos y la UE. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, viajará la semana próxima a Washington con propuestas para entablar un “proceso de conversaciones”, señaló Merkel. Entre otras cosas le propondrá al mandatario estadounidense un acuerdo para la liberalización del comercio de autos. La canciller opinó que la opción de que la Unión Europea responda a Estados Unidos con aranceles sería “de lejos la peor solución”. También Bruselas se mostró dispuesta al diálogo. Hay que tratar de evitar el conflicto cumpliendo con todas las reglas internacionales, dijo el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis.
Por otra parte, ayer se juntaron las potencias del Consejo de Seguridad de la ONU, y allí el secretario estadounidense, Mike Pompeo, pidió al resto de potencias del Consejo que mantengan las sanciones a Corea del Norte hasta que ese país de pasos claros para cumplir con sus compromisos de desnuclearización. Pompeo, trasladó ese mensaje a los quince miembros del Consejo de Seguridad en una reunión informal a la que también asistieron Japón y Corea del Sur.
Pompeo insistió en que es fundamental que la presión sobre el régimen de Kim Jong-un continúe si se quieren lograr avances en el proceso de negociación abierto este año. “Cuando las sanciones no se aplican, las perspectivas para una desnuclearización exitosa disminuyen”, dijo en declaraciones a los periodistas en la sede de Naciones Unidas.
En los Últimos años, el Consejo de Seguridad ha endurecido las sanciones contra Corea del Norte en respuesta a sus ensayos nucleares y con misiles, pero Estados Unidos cree que algunos países no están haciendo todo lo necesario para implementarlas. En concreto, Pompeo aseguró que Corea del Norte ha logrado burlar a través del contrabando los límites impuestos a sus importaciones de productos petroleros refinados y por ello ha pedido al Consejo de Seguridad que ordene el cese inmediato de todo el suministro de productos. Por ahora, la solicitud ha sido frenada por Rusia y China, que han pedido más tiempo e información antes de dar luz verde.
La embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley aseguró que presionó a Moscú y Pekín para que permitan ese paso y ayuden a continuar hacia la desnuclearización. En respuesta, el embajador chino ante la ONU, Ma Zhaoxu, se limitó a decir que todos los Estados deben implementar al completo las resoluciones aprobadas por el Consejo. Pompeo, con un tono más conciliador, dijo que Rusia ha cooperado de forma muy importante en todo el proceso de sanciones a Corea del Norte y que EE.UU. lo valora. “Lo que necesitamos ahora es que eso continúe”, señaló, recordando que la presión sobre Corea del Norte no puede ser únicamente estadounidense, sino que debe venir de todo el mundo.
La reunión de ayer fue la primera de Pompeo con el Consejo de Seguridad desde la cumbre de Singapur entre el presidente de EE.UU., Donald Trump, y al líder norcoreano, Kim Jong-un. “El presidente Trump se mantiene optimista sobre las perspectivas de desnuclearización en Corea del Norte. Yo también, dado que hay progresos”, explicó tras el encuentro. Según Pompeo, ahora esperan a que Kim Jong-un cumpla con las promesas de desnuclearización que hizo tanto a Trump como al presidente surcoreano, Moon Jae-in. “Tenemos que ver a Kim hacer lo que prometió al mundo que haría”, recalcó Pompeo.