El conflicto suscitado en la agencia de noticias Télam a partir del despido de 357 de sus trabajadores tomó hoy centralidad en la agenda cultural con la visibilización del reclamo durante el concierto público y gratuito que el director argentino-israelí Daniel Barenboim realizó este mediodía en la Plaza Vaticano -al lado del Teatro Colón- con la prestigiosa Orquesta Staatskap
El espacio fue una caja de resonancia del reclamo de los trabajadores de la agencia, que vistieron con carteles y banderas la escena del concierto. También con una “suelta” de libros que se realizó en la sede de la agencia y en la que se difundió un documento en la que 400 personalidades de la cultura y la academia repudiaron los despidos en Télam.
“Exigimos al gobierno, que dice sostener las banderas de un republicanismo que no ejerce, que cumpla con el fallo judicial que ordenó, el viernes de la semana pasada, la reinstalación de los 357 trabajadores por considerar que los despidos fueron irrazonables e ilegales y sin cumplir ni siquiera con los requisitos formales”, expresó Mariano Suárez, delegado del Sindicato de Prensa de Buenos Aires.
“Nuestra voluntad, ante los incumplimientos del gobierno, es visibilizar el conflicto en todos los espacios públicos. Los trabajadores estamos dispuestos a cualquier debate. Porque en el intercambio público, con información y datos duros, se desploman los argumentos del gobierno construidos sobre los estigmas y prejuicios sobre el Estado”, precisó Suárez.
La agencia Télam no emite cables de noticias desde el pasado martes 26 de junio. Ese día fue despedida el 40,35 por ciento de la plantilla de trabajadores que la agencia tenía y que se distribuía entre la sede central en la ciudad Buenos Aires, 27 corresponsalías en las provincias y seis en el exterior. También era el órgano de control administrativo de la pauta publicitaria oficial.
El Colectivo de Trabajadores de la Cultura, presente en Télam, explicó en su documento: “Como trabajadorxs de la palabra hacemos público nuestro rechazo al avasallamiento que impone este gobierno, restringiendo el derecho a la información y acceso a los bienes culturales, acorralándonos a la precarización de nuestras prácticas cotidianas”.
