“Apoyar la ley no es estar a favor del aborto”, señaló a PáginaI12 la senadora de Chubut Nancy González, del FpV. En diálogo con este diario, consideró que el proyecto debe votarse como llegó de Diputados, sin modificaciones. También cree que el Gobierno apuesta a alargar la discusión para “distraer a la gente” mientras se profundiza la crisis económica. “El país no está bien y se tapa con el debate del aborto. Por eso estoy convencida de que cuanto antes se trate en el Senado, mejor”, agregó. González reveló que fue blanco de una campaña de grupos antiderechos durante el fin de semana, cuando fue bombardeada con mensajes “agresivos” e “irrespetuosos” de WhatsApp por su postura. “Matá a tus hijos y tus nietos primero, me decían algunos. Otros son completamente irreproducibles”, contó, ya de regreso en Puerto Madryn, donde vive, luego de participar de la cuarta reunión plenaria para el tratamiento del proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria de Embarazo. También señaló que dentro del edificio del Senado “me manoteaban, y me tiraban del brazo, gente que no sé quién autorizó a entrar, y me decían por qué iba a votar lo que voy a votar”.
Desde el martes, las agresiones al celular de la senadora cesaron, aclaró. Pero continúan por correo electrónico: “Seguimos recibiendo continuamente, hasta que se llena la casilla, todo el tiempo”, describió.
–¿Sabe si otros senadores y senadoras están sufriendo el mismo tipo de hostigamiento? –le preguntó este diario.
–Si, a otros compañeros del bloque les pasó lo mismo. También sé de compañeras del Peronismo Federal. Con las senadoras de otras bancadas no hablé del tema. A senadores les han gritado en la calle en su pueblo. O en misas, el cura invoca los nombres de los senadores de esa provincia, y los acusa de estar avalando una ley para matar personas.
–¿Se imaginó que la discusión en el Senado podía derivar en este tipo de campaña tan virulenta?
–No, en ningún momento me imaginé estos niveles de violencia. Sobre todo después del debate en Diputados, que fue bastante tranquilo. Si bien, algunos diputados habían denunciado situaciones de hostigamiento, no pensé que iba a ser con tanta violencia en esta etapa de la discusión. Creo que los “provida” nunca se imaginaron que se iba a aprobar en Diputados. Yo apuesto a que se tranquilicen.
–¿Es una estrategia orquestada por la Iglesia Católica?
–Creo que hay dos estrategias. Por un lado, la Iglesia Católica que se opone. Pero el Gobierno también quiere que el proyecto vuelva a Diputados para que este tema siga en la tapa de los diarios, para distraer a la gente de otras cosas graves que están pasando: la reforma laboral ya se está tratando en el Senado; el acuerdo con el FMI y el arreglo con los gobernadores para hacer un recorte impresionante; los recortes a las universidades, si no se da marcha atrás, por ejemplo, en la Universidad Nacional del Comahue no van a poder seguir dando clases. El país no está bien y se tapa con el debate del aborto. Por eso estoy convencida de que cuanto antes se trate mejor. No creo que el proyecto tenga que tener modificaciones.
–¿Por qué lo apoya?
–Es un tema de salud pública. Apoyar la ley no es estar a favor del aborto. Se nos están muriendo mujeres y muchas más terminan hospitalizadas y con graves problemas en su salud. No tengo conocimiento de que en otros países en los que es legal, las mujeres vayan a hacerse abortos a mansalva. También es un tema de justicia social. Las mujeres de sectores económicos más acomodados pueden acceder a abortos seguros, pero la clase más humilde es la que se lo hace en el garaje del vecino, en condiciones precarias e inseguras.