Once de los doce Jabalíes salvajes rescatados hace dos semanas de una cueva en Tailandia realizarán junto a su entrenador un retiro espiritual de 9 días en un templo budista. Ya habían participado de una ceremonia en un templo budista el jueves pasado, un día después de que les dieran el alta, siguiendo la tradición tailandesa que cumplen los varones que han experimentado una tragedia.
“Realizarán un retiro de nueve días”, declaró a los medios el gobernador de Chaing Rai, Prachon Pratsakul. “Once (de los doce niños) serán novicios y su entrenador se hará monje”, explicó el gobernador haciendo referencia a Ekkapol Chantawong, que ya ejerció como novicio y ayudó a los niños a mantener la calma en la cueva hasta que fueron rescatados. El único que no participará del retiro, debido a que es cristiano, es Adul Sam-on. Gracias a su dominio del inglés –habla cuatro idiomas–, el joven de 14 años pudo actuar como intermediario con los buceadores británicos. Hace ocho años, para escapar del conflicto étnico en Myanmar (ex Birmania), sus padres lo enviaron a Tailandia y fue criado por maestros cristianos. Como sucede con otros exiliados, Adul Sam-on es considerado apátrida.
Durante la ceremonia del jueves pasado en el templo de Pha That Doi Wao, los jóvenes realizaron una serie de rituales con el objetivo de traer suerte y felicidad a sus vidas. También homenajearon a Saman Kunan, el buzo que había estado en la marina tailandesa y que falleció cuando trabajaba como voluntario en el rescate.
El pasado 23 de junio, los 12 niños y su entrenador ingresaron luego de una práctica de fútbol a la cueva Tham Luang, en el norte de Tailandia, y quedaron atrapados por las fuertes lluvias que inundaron el lugar. Pasaron nueve días en la oscuridad y sin comida, hasta que dos buzos británicos lograron dar con ellos, el pasado 2 de julio. Tras el descubrimiento, varios socorristas llevaron alimentos, curaron sus heridas y los asistieron psicológicamente, buscando mejorar su ánimo y prepararlos para el rescate.
Una vez que dieron con el paradero de los “Jabalíes Salvajes”, el equipo de socorristas revisó distintas posibilidades para el rescate, desde cavar túneles por la montaña hasta hacerles esperar bajo tierra durante semanas hasta que las condiciones climáticas mejoren. Sin embargo, ante la amenaza de nuevas lluvias y de una bajada de los niveles de oxígeno en la cámara en la que estaba refugiado el grupo, las autoridades decidieron el domingo 10 de julio iniciar la evacuación, que se desarrolló durante 3 jornadas.
Aunque la mayoría de los chicos no sabía nadar, el grupo tuvo que aprender rápidamente a bucear para poder salir. Durante el operativo, cada niño fue acompañado por dos buzos, uno delante y otro detrás, debido al riesgo del trayecto, que contaba con varios tramos inundados y con nula visibilidad. La dificultad de la operación de rescate quedó demostrada con la muerte de un buzo de 38 años, antiguo miembro de la marina tailandesa, que perdió la vida durante una misión de abastecimiento.
El equipo que logró rescatar a los jóvenes estuvo compuesto por trece buzos extranjeros y cinco miembros de la unidad SEAL de la Marina de Tailandia.
El miércoles, luego de que les dieran el alta, los trece jóvenes contaron las experiencias vividas durante los días de encierro a través de una transmisión televisiva titulada “Dern Nah Prathet” (“Tailandia avanza”), que tuvo una duración de casi dos horas. Un presentador local fue el encargado de leer las preguntas, que fueron enviadas previamente por los periodistas y seleccionadas por un psicólogo. En un escenario que simulaba ser una cancha de fútbol, los pequeños realizaron jueguitos vestidos con la camiseta de su equipo y recordaron al buzo fallecido.