“Las retenciones son un impuesto no inteligente”, sentenció ayer Mauricio Macri durante un breve recorrido por la Rural de Palermo. Con esa declaración el mandatario reafirmó el compromiso de la Casa Rosada de mantener el recorte de alícuotas sobre las ventas externas del complejo sojero. “Estoy convencido de que lo que hemos comprometido es lo que hay que cumplir”, expresó Macri, quien no respondió a las promesas de pobreza cero ni de cancelación del impuesto a las Ganancias para los trabajadores, ni la baja de la inflación, entre tantas otras, pero sostiene firme su compromiso con el sector de los agronegocios. Macri no estará en la apertura del evento organizado por la Sociedad Rural por un viaje a Sudáfrica a una cumbre con los Brics. En su lugar expondrá la vicepresidenta Gabriela Michetti.

La reducción de medio punto porcentual en las retenciones a la soja entró en vigencia en enero y está prevista hasta diciembre de 2019. Hoy se ubican en 26,5 por ciento. El profundo ajuste fiscal anunciado llevó a cuestionar la continuidad de las medidas al interior de Cambiemos y hasta el FMI sugirió postergar la rebaja. El agro es uno de los principales beneficiarios del salto cambiario del 60 por ciento validado desde que comenzó el año.

Las retenciones “no favorecen lo más importante que tenemos que hacer los argentinos que es exportar cada día más. Eso genera trabajo”, sostuvo Macri acompañado por el ministro de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, y el sucesor de éste en la presidencia de la Sociedad Rural (SRA), Daniel Pelegrina. La visita duró apenas 12 minutos ya que el operativo de seguridad se vio desbordado por los visitantes ávidos de una selfie con el presidente. Durante su celebrado recorrido por el predio palermitano, Macri recibió reclamos para que vete la ley de interrupción voluntaria del embarazo si fuera aprobada por el Senado el próximo 8 de agosto. 

“El campo ha liderado la tarea de exportar y lo tienen que seguir acompañando el resto de las cosas que tienen valor agregado”, consideró el presidente durante el tumultuoso intercambio que mantuvo con los medios presentes. El titular de la SRA celebró el respaldo al campo y enfatizó ante los medios que Macri “defendió la política de las retenciones”. Con la primera devaluación de diciembre de 2015 que colocó la cotización del dólar a 13 pesos, el Gobierno eliminó las retenciones al trigo, maíz, carne y productos regionales y redujo la alícuota en cinco puntos porcentuales (hasta el 30 por ciento) para la soja. También borró las retenciones para los productos manufacturados y para la minería. Desde enero de este año rige una rebaja de medio punto porcentual en las retenciones a la soja, que están actualmente en el 26,5 por ciento.

Un informe realizado por el CEPA calcula que la decisión del Gobierno de rebajar las retenciones a la soja a razón de medio punto porcentual por mes tiene un costo fiscal estimado de 8 mil millones de pesos en 2018. La reducción de la cosecha de soja por el impacto de la sequía amortigua el impacto fiscal pero el año que viene, con la revitalización del sector agrario y la continuidad de la rebaja de las retenciones, el esfuerzo fiscal será mucho más importante. Si se hubiera cosechado lo mismo que en 2017 con el tipo de cambio de este año y se mantenían las retenciones en el 30 por ciento, se hubieran recaudado 11.200 millones de pesos adicionales. 

A partir del anuncio del ajuste fiscal comprometido para habilitar el crédito por 50.000 millones de dólares durante tres años con el Fondo Monetario, la reducción en los derechos de exportación del complejo sojero comenzó a ser cuestionada al interior de Cambiemos a través de dirigentes de la UCR, entre otros. El gobernador de Jujuy y férreo aliado del PRO, Gerardo Morales, dijo que “mientras dure la crisis habría que parar la baja de las retenciones”. El propio organismo multilateral sugirió en su Staff Report retrasar la implementación de algunos puntos de la reforma tributaria y mantener la tasa promedio de impuestos a la exportación en productos de soja en el 25,5 por ciento. Pero Macri ayer insistió con el plan original.