La localidad de Cañuelas se vio sacudida por el caso de dos brasileños que usurparon la identidad de médicos y otros cuatro ciudadanos de ese país que no pudieron acreditar documentación. Los seis se desempeñaban hasta ahora en el Hospital Angel Marzetti de esa ciudad bonaerense.

Los casos más resonantes son los de Felipe Nori y Thais Soares Costa. Ambos ejercieron la medicina en el hospital de Cañuelas tras usurpar el documento, la matríucla y el diploma de dos profesionales de Brasil. Nori usó la documentación de Joao Peixoto Dos Santos Neto, con quien estudió. Dejó de ir al hospital cuando comenzaron las sospechas, hace tres meses. Está denunciado por uso de identificación falsa, estafa, falsificación de documento público, ejercicio ilegal de la medicina y usurpación de títulos y honores.

El caso de Soares se conoció después. Tomó la identidad de Sonia Banhuki Galvao y sobre ella pesa la misma acusación que sobre Nori, si bien alega haberse recibido de médica, y que no pagaba la matrícula. Elisabet Romero, concejal de Cambiemos, confirmó que Nori falsificó todo su legajo y que también hizo lo propio con la partida de matrimonio para tener la licencia. Nunca se recibió de médico y atendía en la guardia.

Dos Santos y Nori habían estudiado en la Universidad de Morón. La semana pasada, otros cuatro médicos brasileños fueron apartados del hospital: les dieron de baja los contratos al no poder presentar la matrícula provincial al día y probar su inscripción en el colegio de médicos. También venían de la misma casa de altos estudios.

En un comunicado, el hospital señaló, respecto de estas cuatro bajas, que se investigará “si alguno de los alcanzados por esta medida ha usurpado identidad, título y matrícula médica, y se requirió ampliación de la investigación a los centros de salud públicos y privados, en especial del Distrito III, para saber si los dados de baja más los anteriormente denunciados han utilizado documentación apócrifa en otros ámbitos".

La negligencia de los falsos médicos tuvo consecuencias en su accionar en el hospital. Nori atendió a  un hombre al que envió de regreso a su casa porque no le halló nada y después tuvo que ser operado por un preinfarto. También le recetó Ibuprofeno al hijo adolescente de un empleado municipal que acusó un dolor en el pecho. Lo tuvieron que operar de urgencia.

Desde la administración del hospital confirmaron que los falsos médicos cobraban unos 114 mil pesos mensuales. Los pagos de entre 5 y 6 mil pesos por guardia posibilitan alcanzar una cifra así. Ahora la sospecha es si hay casos similares en otros centros de salud.