Protesta masculina y repudio a la feminidad: En varios textos Freud sostiene una discusión con Adler respecto de la protesta masculina. Este último sostenía la protesta masculina como empeño del hombre por compensar su sentimiento de inferioridad, ya sea a través de la rebeldía o del afán de ejercer su poderío. Freud retoma esa discusión con Adler en Análisis terminable e interminable (1937), porque le interesa situar los diferentes desenlaces del análisis de acuerdo a la diferencia de los sexos. Pero como femenino y masculino no están inscriptos en lo inconsciente, estos términos se inscriben como activo y pasivo. Concluye que la protesta en los hombres consiste en la revuelta hacia la posición pasiva hacia otro hombre y que la femenina se apoya en la envidia del pene.

Sin embargo, Freud propone reformular el concepto ‘protesta viril’: sustituye ‘protesta’ por ‘repudio a la feminidad’, cuestión que abre paso a la distinción del campo de las mujeres como diferente del terreno de lo femenino. De ese modo, el repudio de la feminidad afecta tanto a hombres como a mujeres. La Revista del Instituto del Campo Freudiano, de España, en su n° 38, “La protesta viril es unisex”, realiza un interesante y riguroso desarrollo de las reparticiones sexuadas a partir de ese texto de Adler. En el editorial, Miriam Chorne señala que muchas veces la identificación viril resulta frágil e inconsistente, y la pregunta sobre qué es ser un hombre se presenta con el mismo dramatismo, el mismo pathos que la pregunta sobre qué es ser mujer.

Sexuación: Lacan no parte de la sexualidad y los avatares pulsionales. Con el neologismo ‘sexuación’ da cuenta de que, en materia sexual, el sujeto debe hacer una elección, independiente de ser hombre o mujer. La asunción sexuada va a depender de una elección de goce.

El trauma sexual en Lacan tiene una denominación precisa: lo llamó trouma (1973/4), haciendo un juego de palabras que alude al agujero (trou, en francés) en el saber respecto del sexo.

Lacan apunta a las modalidades de goce. Esa partición respecto de las modalidades de goce no confiere al sujeto ninguna identidad masculina ni femenina.

*Psicoanalista EOL. Fragmento de su reciente libro “Sexualidades y legalidades”, pág. 55/6, Paidós.