Un apartado especial merece la figura del actual arzobispo de Paraná, Juan Alberto  Puíggari. Fue rector del Seminario de la capital entrerriana, cuando dos de las víctimas del cura Ilarraz le contaron lo que el ex prefecto del Seminario Menor les hacía en sus cuerpos vulnerables. En aquella época, los niños que ingresaban a esa institución provenían de pequeñas localidades cercanas a la capital provincial, hijos de familias católicas con pasar económico ajustado. Ilarraz hacía la función de guía espiritual, educador, administrador de fondos del Seminario, y seducía a los jóvenes brindándoles ciertos obsequios, viajes y bienes a los que no podían acceder. Pero las denuncias que hicieron aquellos adolescentes ante Puíggari solo derivaron en un juicio diocesano en 1995. El entonces Arzobispo de Paraná, Estanislao Karkic, fue acusado en el juicio de ocultar los hechos. A las víctimas les impusieron el secreto bajo juramento. Y a Ilarraz como toda sanción lo sacaron del Seminario Menor y lo enviaron a Roma a estudiar. Más que sanción pareció un premio. Pero nunca le quitaron su condición de sacerdote. Recién salieron a la luz pública los abusos en 2012 a partir de una investigación periodística del semanario Análisis Digital, y actuó de oficio el Procurador General de Entre Ríos, Amílcar García. Después de idas y vueltas judiciales, la causa ya fue elevada a juicio, y se espera que el tribunal fije la fecha.

  • Puíggari II. Era obispo de Mar del Plata cuando tramitó la acusación contra el profesor de educación física Fernando Melo Pacheco, del colegio católico Nuestra Señora del Camino de esa ciudad, por abuso sexual gravemente ultrajante en forma continuada, abuso deshonesto y corrupción doblemente agravada sobre 22 niños de cuatro y cinco años, un caso que tuvo gran repercusión mediática. Melo Pacheco fue finalmente absuelto en un fallo polémico en 2006. “En ningún caso, ni como responsable de los menores que denunciaron abuso y que estaban a cargo suyo ni como responsable de los curas o del docente denunciado, nunca Puíggari alentó ni radicó una denuncia en el fuero penal”, señala Añazco a PáginaI12. 
  • Puíggari III. Otros dos curas de Entre Ríos están siendo investigados por abuso sexual infantil. Juan Diego Escobar Gaviria y Marcelino Ricardo Moya, conocido como el cura payador. A Moya se lo acusa por sucesos que tuvieron lugar en la parroquia Santa Rosa de Lima, de Villaguay, a mediados de la década del ‘90. Como en otros casos, Moya había sido denunciado mucho antes de que dos víctimas se presentaran, en junio, en los tribunales, para formalizar su acusación por hechos que sufrieron cuando eran adolescentes. Los abusos ocurrieron entre 1994 y 1997. La Iglesia había sido notificada en 2010 por otro sacerdote José Carlos Wendler –quien dejó los hábitos–, de los abusos mediante una carta extensísima, que llegó a manos del arzobispo Mario Luis Bautista Maulión, y quedó en manos de su sucesor, en 2011, monseñor Puíggari, según publicó recientemente El Diario, de Paraná. Cuando las denuncias contra Moya se hicieron públicas, quien salió a defenderlo fue Escobar Gaviria, de la localidad de Nogoyá. Poco después sería él mismo denunciado: en su contra ya declararon cuatro víctimas menores de edad.