Se conocían de nombre, tenían alguna referencia del otro, se habían cruzado alguna vez, pero nunca habían compartido “una situación musical”. El uruguayo Nicolás Ibarburu, el chaqueño Marcelo Dellamea y el porteño Pedro Rossi, tres ascendentes y talentosos guitarristas, confluyeron en un proyecto musical a partir de la convocatoria de un músico y gestor cultural que vio entre ellos una fuerte “afinidad” artística. “Facundo (Lombardi, de Macedonio y El Viento Producciones) encontró un punto en común entre nosotros: eso de explorar por el folklore y otros lados. Y nos recontra copamos con la idea. El primer ensayo fue increíble, teníamos un montón de músicas en común; sintonizamos al toque y fue muy motivador. Encontrarte con tipos que están en la misma búsqueda que vos a través de la guitarra te alimenta un montón”, dice Ibarburu desde Montevideo, vía telefónica. El trío debutó en abril en Club Dumas de Monte Grande y la experiencia fue tan gratificante que la repetirá este viernes (27 de julio) en Interlunio (Dorrego 450, Quilmes), el sábado en Café Vinilo (Gorriti 3780) y el domingo en Ciudad Vieja (17 y 71, La Plata), siempre a las 21.
“En este trío se conjuga lo lúdico, porque son lenguajes guitarrísticos afines, pero a la vez pertenecemos a territorios bien distintos”, dice Rossi, guitarrista de Liliana Herrero. “Marcelo es uno de los guitarristas más interesantes que hay en este momento en el Litoral. Y Nico, a pesar de que es joven, es un histórico de la música uruguaya y tiene un background enorme. Sucedió entre nosotros la magia de lo espontáneo y lo instantáneo que la música tantas veces tiene”. El repertorio abraza a autores como Spinetta, Raúl Carnota, Fito Páez, el brasileño Ivan Lins y canciones propias que transitan por estilos que definen un mapa musical en común: “Aparecieron el tango, el candombe, el chamamé, la milonga, la zamba y obviamente la música brasileña. Ahí tenemos un mundo en común los tres: conocemos bien la tradición del jazz y la música brasileña. Ese mapa se presta mucho para el diálogo”, completa Rossi, quien viene consolidando un proyecto solista.
Ibarburu, quien desde muy joven integró las bandas de Jaime Roos y Rubén Rada, dice que lo interesante es que hay “mucha conexión con la melodía”. “Cuando pensás en un proyecto de tres violeros, podés imaginar una dinámica de tocar rápido y sacarse chispas, pero en este caso es al revés: hay una amor por la musicalidad y la melodía que es hermoso; entonces, los diálogos son mucho más ricos. Cada uno se expresa con su estilo, pero siempre manda la canción”, se explaya este uruguayo de 43 años, continuador del candombe beat. “Los tres somos violeros muy rítmicos, nos gusta improvisar y tocar con mucha libertad”, dice y adelanta que habrá candombes instrumentales y músicas cantadas. “¡Marcelo se canta un par de chamamés increíbles!”, se entusiasma el autor de Casa rodante (2017).
“Siento que estamos en una misma madurez musical los tres y eso hace que nos pongamos al servicio de la música. No nos medimos, sino que sumamos para que la canción llegue a su climax”, sostiene Dellamea, quien lanzará en agosto Reflejos, segundo disco junto a Dos Más Uno. “Ninguno de los tres tiene intención de protagonismo. No tiene sentido juntarse a tirar pirotecnia, ver quién mete más notas y hace más piruetas”, refuerza Rossi.
–¿Cómo ven la actualidad de la tradición guitarrística en esta región musical?
Pedro Rossi: –Está totalmente vigente y en pleno crecimiento. La guitarra es un emblema musical de esta región y hay exponentes de sobra. Son referentes que están marcando escuela, desde una óptica popular. Hay guitarristas jóvenes que están recogiendo el guante desde la transformación, no desde la repetición.
Nicolás Ibarburu: –Hay una tradición que nació con los cuartetos de guitarras cuyanos, que después fue para Buenos Aires y (Roberto) Grela la llevó a un nivel increíble. En Montevideo, Alfredo Zitarrosa le dio un toque milonguero, con el candombe, un matiz que es bien de acá. Pero es todo un lenguaje en común en la región: vas a Río Grande do Sul (Brasil) y también aparece. Empezamos a darnos cuenta de que a veces las fronteras de la música no son la de los países, que pasa por otro lado, por una región. La guitarra tiene mucha fuerza en esta parte del mundo.
Marcelo Dellamea: –Veo muchísimos guitarristas buscando su estilo y componiendo. Y en muchas provincias hay una importante actividad guitarrística. Pero creo que hace falta una renovación del repertorio.