Desde Brasilia
El senador norteamericano Bernie Sanders, precandidato presidencial en 2016, y otros 28 legisladores del Partido Demócrata se solidarizaron con Luiz Inácio Lula da Silva a través de una carta dirigida al gobierno de Brasil en la que demandaron su libertad y la autorización para que dispute las elecciones presidenciales.
Este respaldo se suma al que meses atrás enviaron desde Estados Unidos el lingüista Noam Chomsky y la académica Angela Davis, reconocida militante contra el racismo en los años 60. Las expresiones de apoyo internacional a Lula, van desde el progresismo europeo a la izquierda latinoamericana, e incluyen gestos del papa Francisco. Y pueden crecer en las próximas semanas cuando se espera una manifestación, aún no confirmada, de un aliado del presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador.
“La lucha contra la corrupción no puede ser utilizada para justificar la persecución a opositores políticos o negarles el derecho a participar libremente en elecciones”, denunció el senador Sanders, que hace dos años estuvo a triz de ser el postulante demócrata - fue derrotado en las primarias por Hillary Clinton - en los comicios finalmente vencidos por el republicano Donald Trump.
La misiva sostiene que el líder del Partido de los Trabajadores, preso en la Superintendencia de la Policía Federal en Curitiba desde el 7 abril, es el “principal candidato presidencial” para los comicios del 7 de octubre.
Lula está al frente de todas las encuestas publicadas este año en las que no bajó del 30 por ciento. En general los sondeos indican que tiene más del doble de los votos potenciales de su adversario principal, el capitán del ejército retirado Jair Bolsonaro, quien reivindica con igual ardor a la dictadura y a “ese héroe nacional que es el juez Sergio Moro”, responsable de Lava Jato, a quien quiere designar como miembro de la Corte Suprema si fuera electo en octubre.
Ayer la consultora Vox Populi presentó una encuesta contratada por la Central Unica de los Trabajadores, en la que Lula obtuvo el 41 por ciento, contra al 12 de Bolsonaro, del Partido Social Liberal, seguido por Ciro Gomes, del Partido Democrático Trabalhista que obtuvo el 5 por ciento , y Marina Silva, de la Red de Sustentabilidad, con el 4 igual porcentaje que el ex gobernador de San Pablo, Geraldo Alckmin, del Partido de la Socialdemocracia Brasileña.
En un eventual segunda vuelta, prevista para el 28 de octubre, Lula obtendría el 50 por ciento contra el 16 de Bolsonaro.
El líder petista reiteró que pese al arresto será candidato y se aguarda que hasta el 5 de agosto se anuncie quien lo acompañará como postulante a vicepresiddente, un cargo clave en el caso, muy probable, de que la justicia electoral rechace la candidatura de Lula.
El miércoles la senadora francesa Lauren Cohen, del Partido Comunista, arribó a Curitiba para visitar al ex presidente preso, pero no le fue autorizado ingresar a la celda del cuarto piso de la Superintendencia.
Igual suerte que la legisladora francesa tuvieron recientemente los argentinos Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz, y el Juan Grabois, de la Central de Trabajadores de la Economía Popular, a quienes una jueza subordinada a Sergio Moro, les impidió ingresar al reclusorio. De todos modos Grabois le hizo llegar a Lula un rosario bendecido por Francisco, que meses antes le había enviado una encíclica a la par que cancelaba una visita a Michel Temer. Señales franciscanas.
En el documento firmado por los parlamentarios demócratas de Estados Unidos el gobierno de Temer fue definido como de “ultraderecha”,y hubo una evaluación particularmente severa sobre el proceso al que fue sometido Lula. Se cuestiona la sentencia de doce años y un mes de prisión basada fundamentalmente en delaciones premiadas realizadas por reos confesos interesados en mitigar sus penas.
El fallo firmado por Moro, de la primera instancia de Curitiba, y ratificado por los camaristas del Tribunal Regional Federal 4, de Porto Alegre, está plagado de “acusaciones no comprobadas”, plantean los congresistas.
La carta de apoyo a Lula lleva la firma del senador Sanders y 28 diputados demócratas, que fueron coordinados por Mark Pocan, del estado de Wisconsin.
“Considero que es importante, en mi condición de miembro del Congreso, estar comprometido con los derechos humanos en las Américas”, declaró el legislador Pocan al diario Folha de San Pablo, en la entrevista que anticipó parte del texto, que iba a ser presentado ayer en la embajada de Brasil en Washington.