I.

Ando por las callejas de la luna y unas viejas vestidas de rojo me obligan a pensar en Marte. Dos viejas de rojo tomando té a estas horas de la noche. No se han quitado los sombreros y leen el libro de las constelaciones. Casi lloro recordando aquellos hábitos pequeños, placeres pequeños de un sistema inhabitable.

 

II.

Corrés parafrenética

en puro estado inhumano

de tiro y banca

Lo que no figura en la denuncia

es el platillo volador

de tu retórica marciana.

Y en el fondo de la copa

Platón quesiquenó

Quenoquesí

estético

parapsíquico

dialógico

metafísicamente acanalado.

 

III.

Llega a la sala de comandos una abducida del espacio literario.  Blanchot tiene un centro que la atrae como si por su naturaleza psíquica, siendo ella misma, se volviera cada vez más central y escondida.

 

IV.

Pero existe.

El lenguaje que hablamos todos

sale como por un tubo,

sin ninguna opacidad metafísica,

asimilado,

fiscalizado,

fosilizado.

En apariencia macho.

Triste quien brújula y señala camaradas locas,

palabras tuertas,

frases ciegas,

títulos tullidos,

metonimias mancas,

Un solo de todos juntos.

la materia oscura del universo-lenguaje es la poesía.

 

V.

Se apalancan como piezas de un rompecabezas. Sucios placeres de la carne. Multiplican las leyes eróticas. Enloquecen mordiendo en la oscuridad una esencia elevada y perfectamente pura. Basta sentirse hastiada para comprender la sublimidad de un esfínter dilatado por el goce.

 

VI.

Abrazamos una luna

antigua

y los perros increíblemente flacos

descargan las bombas antimateria

al mismo tiempo que millones de años surreales

zumban en la cabeza del sol.

 

VII.

A la manera de una somaticidad divina, un shock de luciérnagas-perros ven alguna cosa cultural que se quita la ropa interior y rompe a cada segundo con todo intento de narración ecuánime y casta.

 

VIII.

Orbita entre nosotros

bajo apariencia

matemática/física/química

y por fin lingüística

Marte alieno

ha entrado en la cabeza zumbadora de Júpiter

Vivir ese extraño rumor de los planetas

noli me legere

Eclipse

en el centro mismo del pensamiento

 

El lenguaje es líbero por el canto.

 

IX.

Un arquetipo dormido en la mirada de Orfeo, en la estructura física del poema, en la soledad inmanente.

Fuera del sistema solar la química del cuerpo resuena y me despide hacia dentro, hacia un impulso de trabajo sin fin sobre la materia verbal, errabunda.

 

X.

Dijo,

per se,

libertina,

“tienen los dedos castrados

por eso no pueden escribir

la palabra culo

al pie de la letra”.

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