Si hay un punto en común entre la actual conducción tripartita de la CGT y el sector de los “no alineados” que lideran la UOM, Smata, Camioneros y la Corriente Federal de los Trabajadores (CFT), es la decisión de llevar adelante un proceso que desemboque en un secretariado general conducido por una sola persona. Esta coincidencia habilita una fuerte competencia interna por quién se quedará con el sillón que alguna vez supo ocupar Saúl Ubaldini, a quien todos lo reconocen como el último gran líder de la central obrera. El plenario de secretarios generales, previsto y prometido para fines de agosto, será el escenario donde los dos grandes grupos mostrarán el poderío que dicen haber acumulado en este último tiempo. Ambos abjuran de cualquier intención de ruptura pero en este tipo disputa es un posibilidad siempre latente. El desafío, en todo caso, pasa por determinar cuál será el perfil y la metodología que tendrá la supuesta nueva CGT para confrontar las políticas que lleva adelante el gobierno de Mauricio Macri.
Si no cambian de idea en el camino, durante el plenario de secretarios generales tendrán que acordar la convocatoria a un congreso que, desde hace unos días, no se descarta. Gordos e independientes ya no están convencidos de mantener vigente el esquema de un triunvirato a pesar de que luego del paro de junio último habían decidido desactivarlo fruto del oxígeno que la medida de fuerza les había concedido. Pero para conseguir aliados hay que tener siempre algo para ofrecer y esa alternativa se conversó durante la reunión que mantuvieron el martes pasado con los gremios que conforman el Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA). En ese encuentro, que se realizó en la sede de la Unión Ferroviaria (UF) que conduce Sergio Sasia, se especuló con este nuevo escenario donde la elección de una nueva conducción exige como tal una integración diferente del Consejo Directivo, Si se avanza en ese proceso el MASA podrá ocupar algunas de las sillas que tiene el Consejo Directivo.
Hasta hace no más de diez días el MASA, que tiene como referentes a Sasia y al líder de los peones de taxis, Omar Viviani, participaban de los encuentros de los “no alineados”. Incluso el gremio de Sasia fue la sede de una de esa reuniones donde, por ejemplo, se acordó ampliar el espectro de gremios participantes con los que se conciliará un plan programático para la futura la CGT que incluía un plan de lucha. Es cierto que la relación con este grupo la llevaba adelante el dirigente ferroviario y en las últimas semanas se anunció la participación activa de Viviani e incluso un encuentro entre éste y un viejo conocido suyo, Hugo Moyano. Ambos estaban distanciados pero parece que la crisis económica los terminaría acercando. En los últimos años Viviani se distanció de varios dirigentes históricos. Algunos de esos ex socios le achacan cierta labilidad a la hora de respetar los acuerdos alcanzados y por eso prefieren no entusiasmarse mucho con el taxista. Pero sería exagerado cargarle la tinta a un solo dirigente porque si es por eso, el triunviro Juan Carlos Schmid tiene algo que decir de un viejo aliado. No hace mucho se lo escucho reconocer la “decepción” que le provocó Moyano padre cuando no los acompañó con mayor firmeza y presencia en los días de protesta contra la sanción de la reforma jubilatoria. Todos tienen algo que reprocharse. Será que se conocen desde hace muchos años.
Más allá de esos detalles, es probable que los “no alienados” hayan resultado demasiado confrontativos para los intereses que confluyen hacia el interior del MASA y se amolden mejor al esquema que ofrecen y cultivan gordos e independientes.
Lo cierto es que nuevamente existe la posibilidad de que se realice el congreso de la CGT para renovar sus autoridades. No está claro quién del actual triunvirato será el candidato pero en estos dos años el único que no expresó el deseo de dar un paso al costado fue Héctor Daer de Sanidad. Schmid y Carlos Acuña lo dijeron en más de una oportunidad. El primero perdió el respaldo de Camioneros, se lo confió a otro triunviro poco después del fallido paro de diciembre pasado. Acuña representa a un sector pequeño, el que lidera el gastronómico Luis Barrionuevo, pero eso no implica que carezca de capacidad para influenciar en ciertas decisiones estratégicas. De todas maneras, Acuña ya avisó que el cargo de triunviro no lo quiere más.
Por su lado, los “no alineados”, donde conviven Ricardo Pignanelli (Smata), Antonio Caló (UOM), Pablo Moyano de Camioneros y Pablo Biró de pilotos, entre otros, tienen prevista una nueva reunión para el 14 de agosto. Ese día pretenden duplicar la cantidad de gremios participantes y trabajan para que lleguen a 80 las sillas ocupadas. El número no es nada despreciable con vista al plenario de secretarios generales que debería realizarse unos días más tarde. En este grupo hay optimismo por el incremento de dirigentes que se acercan y que avisan de una próxima presencia. Eso sí, los principales referentes juran que harán todo lo posible por “pelear la conducción de la CGT desde adentro y con candidato propio”.