Se registraron nuevos focos de incendios en La Pampa, el sur de Buenos Aires y el norte de Río Negro, después de las tormentas eléctricas de ayer a la noche. Ya hay 1.400.000 hectáreas quemadas y las pérdidas monetarias superarían el millón de pesos. Las autoridades pampeanas, donde hay más de 800 mil hectáreas quemadas, confirmaron que podrían tardar hasta cinco años en recuperar esos campos y cerraron hasta nuevo aviso la Reserva Provincial Parque Luro.
Las condiciones de baja humedad, las altas temperaturas y los fuertes vientos complicaron la situación en esta región del país. Las localidades más afectada son Puelches, El Durazno, Ingeniero Luiggi y Perú, en La Pampa. Pero los bomberos siguen trabajando para frenar el fuego también en Buenos Aires y Río Negro.
El gobierno pampeano informó en un comunicado que decidieron cerrar el parque nacional para "preservar la seguridad de los visitantes ante las condiciones de extremo riesgo de iniciarse o ingresar un incendio a la Reserva”. Las autoridades informaron que la decisión fue consensuada entre los subsecretarios de Ecología, Fabián Tittarelli, y de Turismo, Lautaro Córdoba, por recomendación de la Dirección General de Defensa Civil de la provincia.
Los productores ganaderos y agrícolas damnificados aseguran que dependen del Estado y del clima para sortear la crisis que atraviesan: “Los costos son muy altos y, si no viene la ayuda del Estado, es muy difícil que los más perjudicados puedan afrontarlo”.
Según contaron diversos productores de la zona, más que el clima, lo que les preocupa a corto plazo son los alambrados. Muchos se quemaron y su costo de reposición asciende a cerca de $ 100.000 por cada mil metros de alambre y pilares.
"Aún imaginando que empiece a llover y que creciera el pasto, algo que no está pronosticado para los próximos dos meses, los ganaderos no pueden largar las vacas a los campos porque no hay alambre para contenerlas", expresaron.
El Ministerio de Seguridad pidió precaución a los conductores que transitan por las rutas 9, 14, 35, 154 y 22, expuestas a situaciones de incendios porque puede haber animales sueltos.