Los clubes españoles y alemanes dieron un paso al costado en el mercado de pases europeo ante la pujanza del fútbol inglés y el nuevo desembarco de la Liga italiana, que pretende recuperar la grandeza y el glamour perdidos en la última década. Parecía que el Mundial de Rusia iba a suponer el comienzo de una carrera desenfrenada por contratar futbolistas, pero el mercado, más allá de la bomba de Cristiano Ronaldo, permanece extrañamente relajado. Sobre todo en España y Alemania.

Los clubes ingleses siguen sacando provecho de su lucrativo contrato de televisión y un año más se sitúan a la cabeza de las inversiones en fichajes. La Premier League situó el cierre de fichajes para el 9 de agosto, lo que provocó cierta aceleración en la firma de operaciones y sus equipos ya llevan cerca de 1000 millones de euros gastados (algo más de 1170 millones de dólares). No obstante, es la mitad de lo que invirtieron la pasada temporada, aunque quedan fechas para nuevas agitaciones.

El Liverpool se situó a la cabeza de Europa en gasto, con 200 millones de euros. De ellos, 70 correspondieron al brasileño Alisson, la mayor cifra pagada jamás por un arquero. Cabe sumar los 110 millones de euros que pagaron por los también brasileños Jorginho y Fabinho.

Muy cerca se situó la Juventus, con los 117 millones de euros pagados por Cristiano Ronaldo, más los 80 por Douglas Costa y Joao Cancelo. Y para la Roma también están siendo semanas frenéticas, con 100 millones de euros invertidos, que serán más si al final llegan a un acuerdo por Marlos, del Shaktar Donetsk ucraniano. Ambos clubes impulsaron al Calcio, que se acercó a los 900 millones de euros en inversiones hasta la fecha. El mayor gasto en toda su historia.

Muy atrás se está quedando el fútbol español, que de momento apenas movió 530 millones de euros en contrataciones. A la cabeza no se situaron ni Real Madrid ni Barcelona, sino el Atlético de Madrid. El club rojiblanco tiene el plantel más caro de su historia, con el fichaje del francés Thomas Lemar, de 70 millones de euros, más el esfuerzo que hizo para que Antoine Griezmann se quedara.

El Barcelona gastó unos 70 millones de euros en los brasileños Arthur y Malcom. Sigue pendiente del francés Adrien Rabiot, cuya salida del PSG parece difícil, y actualmente parece más centrado en aligerar el peso de su plantel con salidas.

Mientras, el Real Madrid sigue extrañamente paralizado por más que haya perdido a Cristiano Ronaldo, su gran estrella y goleador de la última década. Los jóvenes Vinicius, Alvaro Odriozola y Andriy Lunin no son actualmente las estrellas que esperan sus aficionados. Aun así, nada es comparado con el mercado alemán, que no realizó ni una sola operación llamativa. Por ejemplo, el Bayern Múnich no sólo no fichó a nadie, sino que se desprendió de Douglas Costa y tiene esos 40 millones de euros guardados en la caja. Además, se rumorea con insistencia la salida del chileno Arturo Vidal al Inter de Milán.

Francia tampoco se movió apenas. Es decir, el jeque Nasser Al Khelaifi, presidente del Paris Saint-Germain, se quedó parado, pues ya hizo todo el pasado año con Neymar y Kylian Mbappé. Su ocupación de estas semanas estuvo en aligerar plantel para poder cumplir con el fair-play financiero.

Naturalmente, todo es susceptible de cambiar en las próximas semanas si se produce algún desembolso importante que vuelva a mover dinero. Pero lo más probable es que éste pueda llegar desde Inglaterra porque el plazo para inscribir jugadores se agota y eso siempre provoca nervios. Por lo pronto, José Mourinho sigue reclamando fichajes para su Manchester United.