Empujada por el dólar o la nafta, por la luz y el gas, por el transporte o por los alimentos, bebidas y prepagas, la inflación siempre tiene un motivo para encontrar un piso alto. La devaluación junto a la quita de subsidios en servicios públicos arrastró a los precios en 2016 y el año pasado fue la quita de subsidios, la nafta y prepagas. Este año se combinan todos los elementos, por eso hasta el propio gobierno admite que la suba de los precios no estará por debajo del 30 por ciento. En ese mar de aguas turbulentas, las empresas formadoras de precios en el sector alimenticio aprovechan para sacar mayor tajada. Taragüí, Molinos Río de la Plata y Nestlé, tres firmas que dominan sus respectivos segmentos y que además conforman buena parte de la canasta alimenticia básica, aplicaron aumentos de entre el 60 y el 120 por ciento en el último año. La respuesta de sus competidoras es naturalmente replicar las subas para no desaprovechar la oportunidad. Precios Cuidados es la única barrera de contención, pero está desdibujado por los problemas de abastecimiento y la falta de control.
Uno de los elementos distintivos de la inflación de los últimos meses es que los alimentos y bebidas picaron en punta. En mayo, este rubro subió 3,3 por ciento, por encima del promedio de 2,1, mientras que en junio el alza fue de 5,2, superior a la media del 3,7 por ciento. En el primer semestre, este capítulo creció un 17,3 por ciento, lo cual hizo que las canastas que se utilizan para medir la pobreza y la indigencia también aumentaran por arriba del promedio. Esto contrasta con el comportamiento de la inflación el año pasado, impulsada por los servicios públicos, mientras que alimentos quedaba por debajo del promedio.
Entre los alimentos y bebidas, se destacaron tres empresas formadoras de precios en sus categorías. La empresa Las Marías subió el precio de la yerba Taragüí en un 60 por ciento en los últimos doce meses y envió para el resto de sus productos que también incluye las marcas Unión, La Merced y Mañanita, cinco listas con subas desde principios de año: 9 por ciento en febrero, 12 y 8 por ciento en mayo, 7 por ciento en junio, 9 en julio y otro 9 que está previsto aplicar en agosto. Los datos fueron proporcionados por fuentes del supermercadismo.
La empresa Nestlé envió para agosto su sexta lista de aumentos del año. Las subas más impactantes corresponden al café Dolca en frasco, que creció un 58 por ciento en el último año, de 113 a 179 pesos, mientras que el Nesquik de 360 gramos subió 55 por ciento en el último año y 49 por ciento desde enero, de 66 a 42 pesos. Desde los albores de la corrida cambiaria, el aceite de girasol Natura subió de 68 a un piso de 76 pesos, es decir, un 11 por ciento en tres meses. En el mismo período, el arroz fino Ala de 1kg subió un 25 por ciento, de 20,80 a 26 pesos.
Molinos Río de la Plata, una de las empresas más importantes de consumo masivo, subió desde enero 123 por ciento la Harina 000 de la marca La Favorita, de 9,55 a 21,30 pesos. Los fideos de esa misma marca, de los más baratos del mercado, avanzaron un 110 por ciento desde comienzos de año, de 10,40 a 21,90 pesos. Los fideos La Favorita hasta principios de año estaba en Precios Cuidados. Su salida dio piedra libre para el fuerte aumento, a la par de la suba en la harina, su principal insumo. La entrada y salida de productos de Precios Cuidados suele implicar que el producto que sale sube rápidamente de precio y el que ingresa lo hace luego de un fuerte aumento.
Pero además, la presencia del programa Precios Cuidados quedó desdibujada durante la gestión de Cambiemos. “Precios Cuidados ha perdido vigencia, no hay mucha información para los consumidores, ni seguimiento ni control exhaustivo por parte del gobierno. Antes, el consumidor sabía con Precios Cuidados más o menos cuánto costaban los productos. Esa referencia se ha perdido”, explicó a este diario Roberto Daoud, de Defensa de Usuarios y Consumidores (Deuco). “Recorrimos Tucumán y en algunos supermercados céntricos había apenas un sólo producto de Precios Cuidados”, agregó Claudio Boada, de Unión de Usuarios y Consumidores.
El debilitamiento de Precios Cuidados se acentuó con la devaluación, lo cual se refleja en la caída del porcentaje de respuesta de las empresas proveedoras para reabastecer las góndolas. El ciento por ciento de respuesta implica que las proveedoras entregaron todo lo solicitado y un cero por ciento, que no vendieron nada de lo pedido. En artículos de limpieza e higiene personal de Precios Cuidados, desde abril a junio bajó el porcentaje de respuesta. Por ejemplo, el shampoo Plusbelle cayó de un 100 a un 60 por ciento y el preservativo Tulipán, de un 60 a un 20 por ciento. El jabón en polvo Zorro cayó del 100 al 70 por ciento y la virulana, de 100 al 60 por ciento.