Durante más de un año las juezas María Gabriela López Iñíguez y Sabrina Namer denunciaron sin resultados irregularidades y discriminación por ser mujeres ante el Ministerio de Justicia, la Corte y el Consejo de la Magistratura. Aun designadas, no las dejan asumir. “En todo este derrotero jamás se consultó, se ofreció, se consideró en modo alguno la voluntad o el interés de las dos concursantes femeninas”, señalaron. “La jurisdicción y el fuero para el que concursamos tiene entre sus integrantes solamente dos mujeres. En este marco no podemos más que preguntarnos si el motivo por el que nos trataron de manera diferenciada a nuestros colegas es simplemente nuestro género. Y la respuesta difícilmente pueda ser otra que afirmativa (…) Si bien pasamos los procesos de selección en condiciones ventajosas con respecto a los demás participantes seleccionados, en los hechos no podemos acceder ni al ejercicio de nuestros cargos porque en los lugares de decisión –integrados en su mayoría históricamente por hombres– no se contempla la participación femenina salvo como último recurso.” Comodoro Py, advierten, está “signado por la existencia de causas en las que se encuentran involucrados funcionarios públicos, hombres poderosos, casos de crimen organizado, etc. Tal vez todavía se piense que eso es mucho para nosotras”, ironizaron.
Ni una jueza menos
Este artículo fue publicado originalmente el día 9 de enero de 2017