Nicole, vos vendrías a ser una mujer interesada por el tema trans...
-Mi personaje no trascendió como una “chica trans”. No me hice conocida por el “detalle” sino que eso vino después, por una necesidad mía de decirle al Estado que está incumpliendo una serie de obligaciones: la ley de cupo que Vidal (gobernadora de la Provincia de Buenos Aires) no cumple, sabemos que el promedio de vida de una chica trans es de 35 años...
Fiel a tu auto-percepción...
-Yo siempre me autopercibí mujer. Gente como Lanata ahora sale con que Flor de la V es “un” trans y no mujer. Soy abogada, la tengo muy clara: la ley dice que hay que respetar la autopercepción de las personas. El hecho de ser trans puede quedar dentro de tu intimidad. A mí por ejemplo me hace ruido la palabra “travesti” que históricamente se asocia a una lucha reivindicativa pero también es un calificativo más fuerte si te agreden. En cambio la palabra trans es un poco más lavada.
¿Cómo construiste a tu mujer?
-Lo nuevo no es concebir que una persona que nació con un sexo biológico hombre se convierta en mujer y decimos: bueno “es una mujer trans”, sino que lo innovador es decir que es una mujer tenga lo que tenga, porque así lo siente. Yo me construí muy “a lo Susanita”, que el pelito, que la tetita... construí una mujer que ya está fuera de moda. No me construí como una mujer representativa del hoy, combativa, sin afeitarse las axilas.
¿A qué deseo responde la búsqueda de la belleza en tu construcción femenina? ¿Al tuyo o quizás a la mirada de los chicos?
-Al mío.
Perdón por asumir que te gustan los chicos....
-Lamentablemente me re gustan los chicos. (Risas) Con todo eso que vos y yo sabemos lo que implican los machirulos... están muy violentos.
Lo femenino como blanco de violencia...
-Exacto, yo siento que en un punto necesité y necesito estar “impecable” como para contrarrestar el “detalle de ser trans” y que te agredan. Que digan trans en la calle, pero ¡qué buena que está! Un poco tiene que ver con el “Como te ven te tratan”, como dice la vieja... y es verdad. Desde que soy chiquita, soy muy coqueta. Jugaba a la televisión, a ser Susana Giménez... después con el tiempo me di cuenta de quién realmente es Susana Giménez... pero ese es otro tema.
¿Cómo fue tu niñez?
-Vengo de una familia muy humilde, nací en La Plata y me crié en el partido de la costa. Durante gran parte de mi juventud yo le tenía miedo a las trans, yo fui tan tapada, tan reprimida... Me gustaban los chicos que les gustaban a mis amigas, pero sabía que al ser pibe no tenía chances. Cuando hice la universidad, por cuestiones familiares fui a una católica, becada hasta el final de la carrera, así que tampoco sucedió el cambio en ese momento.
¿En esa época de la facultad te interesabas por la política?
-Yo era un ente, a pesar de tener un padre muy político, en un momento me desinteresé por la política. Estaba tranquila, no tenía la necesidad de hacer nada, cómoda. Por otro lado, en el momento de mi cambio me metí tan dentro mío que me recibí en tiempo récord a los 22 años. Recién en 2012 en una nota de Clarín leo que habían aprobado la ley de identidad género. Dije: ¡Mirá vos! Leí los comentarios de la gente y todos los que despotricaban contra los putos... ahora creo que mucha gente toma a las trans como si fuéramos unas protegidas del gobierno anterior. Odian que la comunidad trans sea tan agradecida -algunas, otras siguen con el cambio- con el kirchnerismo. Flor de la V misma se está despegando.
¿Qué temas te interesan de la actual coyuntura?
-Seguir de cerca el cumplimiento de la ley de cupo trans, el caso de Sergia, por ejemplo, que tiene que ver con una cirugía y con el prejuicio de que ahora la gente diga que nos cambiamos el género para jubilarnos antes, con el tema del resarcimiento del Estado para las compañeras trans y travestis atacadas, torturadas en la dictadura. Los detractores saltan con “cobrás el subsidio para hacerte las tetas” y cosas por el estilo. Lo peor de todo es que esta gente conoce las cosas que pasamos y les chupa un huevo.
¿Cuándo “despertaste” de ese letargo?
-Cuando vi que podía ganar un gobierno de derecha y al ver estos rebrotes contra los derechos ganados. Cuando vi el escenario de ballotage salí como loca a la calle. Empecé a militar, sin querer, para defender los derechos de los más vulnerables. Luchar contra Vidal con sus discursos antiuniversidades públicas para los que menos tienen, contra Larreta que habla de acabar con los cartoneros dejando de tirar cartón. Son cuestiones humanas que me descolocan. Para eso también hice un Master en Derechos Humanos en la Universidad Pública.
¿Con cuál faceta sentís más poder para comunicar?
-El humor te hace asimilar cosas bravas. Las chicas trans son las más graciosas, toman de lo más terrible lo divertido, una estrategia para no morir. Me di cuenta de que le hacía bien a la gente reírse. Ahora me conoce mucha gente. Yo soy abogada y terminé siendo una suerte de vedette, imitadora... es muy bueno todo lo que puedo hacer. Hago todo lo que haga falta para abrir ojos. La política me gusta mucho.
¿Cómo nace tu peronismo militante?
-Mi familia es peronista. La historia empieza con mi abuela, que tuvo que criar a sus 5 hijos con un marido borracho. Diagnosticada de cáncer, le escribió a Eva Perón. Rápidamente recibió un camión de cosas para ayuda, le dieron trabajo como portera de un colegio y le otorgaron una casa, porque tenían que ir de pensión en pensión. Al tiempo muere y deja huérfano a mi padre -cuando él tenía 5 años- que fue a parar a menores. Él siempre nos recordó esa historia y nos enseñó que existe la gente que se la juega por los pobres y que están los fachos y oligarcas que se cagan en los que menos tenemos.
¿Cómo vas tanteando lo que la gente pide?
-Los medios están captados y te cuentan lo que ellos quieren. Con mis videos puedo ser más viral que muchos programas de morondanga que cobran pauta en televisión. Me di cuenta de que para que trascienda el mensaje tiene que haber un poco de teta y culo. Al video de Brasil (todo el mundo cree que es Miami) se viralizó solo, no tenía en mente eso. Yo estaba tomando sol y pensé: “era un pibito pobre y ahora gracias a que tuve educación pública en mi país, que mis padres me dieron oportunidades”, me dieron ganas de agradecerles todo eso a mis papás y a mi país.
¿Cuál fue la primera reacción del afuera?
-Muchos gorilas me hicieron bullying con ese video: se filmaban con naranjas como tetas y me imitaban. También me tratan de puta, a mí no me molesta, reivindico a las putas que tienen que hacerle pasar un buen momento a esos pelotudos. ¡Los mismos gorilas lo viralizaron, me hicieron conocida! Después contesté todo eso con un video, en el que muestro la factura de la luz, en bikini, bien puta (reivindico mi cuerpo, en pelotas o con una polera, es mi cuerpo, estúpido) y les digo: ya que les gusta tanto la pornografía, miren cómo me dejaron la colita... ¡y a ustedes también!
¿Teta mata ideología?
-Muchos gorilones fachos me felicitan y me dicen cosas lindas... yo creo que el humor vence al odio. La paja también: mucho gorila machirulo se cuida de maltratarme porque si no los bloqueo y no pueden ver más mis videos.
¿Creés que la operación completa el proceso de cambio?
-Y, ahí estaríamos volviendo a hablar de genitalidad... tampoco me gusta opinar porque hay todo un tema con eso y el bullying que se genera... por otro lado nadie te garantiza el goce y la sensibilidad tras la operación de cambio de sexo.... es una decisión muy personal.