En medio de un fuerte debate reglamentario, ayer se realizó el plenario de comisiones de Salud, Justicia y Asuntos Constitucionales para firmar dictamen sobre la legalización del aborto. Los sectores a favor de la ley presentaron un proyecto con modificaciones que logró 26 firmas, mientras que los opositores, ante la imposibilidad de presentar un texto de rechazo que superara ese número, decidieron no presentar nada. Durante la reunión se discutió qué artículo del reglamento corresponde aplicar para contar la cantidad de firmas y conseguir el dictamen. Los antilegalización pretendían que se aplicara el artículo 105, que establece que debe conseguirse la mayoría de las firmas en cada una de las comisiones mientras que los que están a favor sostenían que debía aplicarse el artículo 180, donde primaría el criterio de contar el total de firmas del conjunto de las comisiones. Ante la falta de acuerdo, el senador del Bloque Justicialista, Miguel Pichetto, representantes del FpV-PJ como Anabel Fernández Sagasti y Marcelo Fuentes, anticiparon que llevarán el tema reglamentario al recinto de la Cámara alta el 8 de agosto, antes de que se dé inicio a la discusión concreta sobre la interrupción voluntaria del embarazo.
Después de pasar lista rigurosamente y en medio de un clima tenso, pasadas las 14.30 comenzó formalmente la reunión presidida por el radical Mario Fiad. Había el quórum necesario en cada una de las tres comisiones, e incluso minutos después llegaron más senadores hasta casi alcanzar la asistencia perfecta. La ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que no concurre regularmente a todas las comisiones, estuvo sentada en la tercera fila y con perfil bajo. Hubo tres ausentes: los puntanos Adolfo Rodríguez Saá, Eugenia Catalfamo (embarazada de 8 meses) y el salteño Juan Carlos Romero, quien aún no adelantó su postura sobre el aborto. La asistencia no era un dato menor. Estaba vinculada con el debate que se iniciaría minutos más tarde.
Pichetto, jefe del interbloque Argentina Federal, pidió la palabra y, sabiendo que se iba a discutir el tema, planteó su interpretación basada en el artículo 180 del reglamento del Senado. “La mayoría absoluta se computa sobre el conjunto de los integrantes del plenario. El cómputo es el cómputo final sobre las tres comisiones”, aseguró el peronista y citó como antecedente de aplicación de este artículo cuando se trató la Ley de Medios. Desde los sectores antilegalización, la voz cantante la llevó Federico Pinedo. El senador macrista negó que correspondiera aplicar ese artículo y sostuvo que el dictamen debía conseguirse en base a lo establecido en el artículo 105. “Para emitir dictamen sobre un asunto sometido a consideración de una o más comisiones, se requiere la firma de por lo menos más de la mitad de los miembros que reglamentariamente integran cada una de ellas”, leyó Pinedo. Según esta interpretación, para conseguir dictamen se necesitarían 9 firmas en la comisión de Salud, 9 firmas en la de Justicia y 10 firmas en la comisión de Asuntos Constitucionales. A esa altura todavía no se había comenzado a firmar el texto con modificaciones a la media sanción aunque cada uno ya había sacado sus cuentas y no había margen para sorpresas. Los representados por el pañuelo celeste habían definido su estrategia la noche anterior en una cumbre de la que participaron Pinedo, Elías de Pérez, Esteban Bullirch, José Mayans y Julio Cobos, entre otros. Allí analizaron que, de presentar un dictamen de rechazo, juntarían 24 firmas y quedarían debilitados frente al dictamen con modificaciones, que llegaba a las 26.
Conseguir o no dictamen no es una cuestión menor: el dictamen de mayoría es el que primero se debatiría en la sesión del próximo 8 de agosto. Si no hubiera dictamen, como sostienen los “celestes”, deberá someterse a consideración la media sanción tal como vino de Diputados. En ese contexto, los cambios que proponen los “verdes” tendrían que incorporarse en el debate en particular, una vez aprobada la media sanción en general. De esta manera, no se podría aprobar en general y en particular en una misma votación, por lo que el trámite se demorará. Además, podría complicar a los que intentan convencer a los senadores de que cambien su voto a raíz de los cambios. Necesitarían que primero voten la media sanción y recién después los cambios.
“Recién concluimos el plenario de las comisiones y no hubo dictámenes. Quienes sostenían la ley de aborto, primero querían aprobarla tal cual como la votaron los Diputados. Luego, como no tenían consenso, buscaron atajos y quisieron hacerle modificaciones. Pero hoy no pudieron tener las firmas necesarias para rubricar el dictamen con esos cambios”, sostuvo la radical Silvia Elías de Pérez, una de las más fuertes defensoras antiderechos. “Firmamos dictamen único que no fue aceptado por cuestiones reglamentarias. Se va a tratar esa propuesta el 8 de agosto”, aseguró en cambio la macrista cordobesa Laura Rodríguez Machado, una de las impulsoras del proyecto con modificaciones.
La discusión quedó trabada en ese punto y se saldará recién el 8 de agosto, con la fuerza de una enorme movilización feminista en las afueras del Congreso. Hasta ayer, el poroteo arrojaba 35 votos en contra, 32 a favor y tres “indecisos”: Omar Perotti, José Alperovich, ambos del Bloque Justicialista, y Juan Carlos Romero, un peronista disidente salteño. En el sector verde apostaban a sumar algunos apoyos más a partir los cambios que consensuaron ayer.