Como si los aumentos aprobados por el Gobierno no fuesen suficientes para tornar impagables algunas facturas de luz y gas, los usuarios son además castigados con una multiplicación de “errores” en la medición por parte de las distribuidoras. Facturas de 9000, 14.000 y hasta 20.000 pesos llegaron a clientes residenciales en los últimos días con serias anomalías, según un relevamiento realizado por este diario en asociaciones de consumidores que reciben por estas horas numerosos llamados de consulta. “Quejas, denuncias, llamados, mails. Recibimos de todo en nuestras filiales. Parece que se ensañaron con el consumidor. Cinco o seis de cada diez casos tienen alguna irregularidad”, aseguró a PáginaI12 Osvaldo Bassano, de la Asociación de Defensa de los Derechos de los Usuarios y Consumidores. Para completar ese cuadro de maltrato, según las organizaciones, los órganos de control, como el ENRE (electricidad) o Enargas (gas) no toman denuncias de los usuarios y reiteran el tristemente célebre “pague y después reclame”.
En la mayoría de los casos en los que no hubo coincidencia entre lo cobrado y lo consumido respondió a que las empresas abusan de la posibilidad de hacer estimaciones del gasto y no lo constatan con los medidores. “Hay más casos en la electricidad pero también sucede en el gas”, aseguró Héctor Polino, de Consumidores Libres. Pero las inconsistencias responden además a errores de lectura, cambio de categorías (también por “error”), adelanto de cobro de aumentos encubierto y deuda que se va acumulado con intereses usurarios. “Y están algunos que se enteran de que la facturación es correcta pero no logran tomar dimensión de lo exorbitante de los aumentos”, se sumó Claudio Boada, de la Unión de Usuarios y Consumidores.
Con el arribo de las boletas de julio, comenzó también la temporada de recepción de consultas de las asociaciones de defensa del consumidor. En Tilisarao, San Luis, su intendente Jorge Fernández denunció boletas de más de 11.000 pesos en su distrito. El mismo funcionario aseguró haber recibido una factura de gas de 9000 pesos pese a haber ahorrado un 30 por ciento de consumo. “Hay gente que tiene un solo calefactor en la casa y le llegaron más de 2000 de pesos de gas”, dijo a un medio local. Otro caso fue el de un hogar que pagaba 900 pesos y ahora le facturaron 4300. El diputado puntano Andrés Vallone (Compromiso Federal) denunció que casi todas las facturas de la distribuidora local Ecogas se hicieron con la lectura estimada y no la real. En caso de reclamos, la empresa solicita a los usuarios que “envíen una foto del medidor”. Lo mismo sucede con reclamos en el área metropolitana de Buenos Aires.
Las empresas pueden realizar una estimación del consumo como excepción si en algún momento del año están impedidas de hacer la medición real o surge algún inconveniente para tomar los datos del medidor. Se supone que en la siguiente medición se ajustan los valores: si se cobró de más, al registrarse el consumo en el siguiente bimestre se debería pagar menos. El problema es cuando las empresas utilizan esto con discrecionalidad y no compensan o tardan en corregir los errores. “Es una actitud que responde a una estrategia comercial. Algunas empresas distribuidoras de luz y gas facturan mal para adelantar el cobro”, aseguró Boada.
“Puede haber pequeñas variaciones de un bimestre al otro, por cuestiones climatológicas, pero estamos viendo que se presentan saltos enormes. Lo que hacen las distribuidoras es subcontratar la medición a otras empresas para ahorrar, pero parece que después nadie mide nada”, criticó Polino. Según explicó el titular de Consumidores Libres, hay más casos en electricidad que en gas y, particularmente, más en el área de Edesur que en Edenor. “Aunque todas dan mal servicio”, agregó.
Bassano coincidió en que todas las empresas presentan irregularidades. “O ponen un estimativo y directamente está mal la medición. El otro tema es el juego que hacen entre cargo variable y fijo, donde suelen hacer cambios en la categoría del usuario para cobrar más. Así es que nos aparecieron casos de entre 14.000 y 20.000 pesos”, detalló. “En el gas, con el que antes había menos denuncias, está pasando lo mismo con el estimativo y la mala toma del medidor”, agregó. En este caso el problema es mayor porque al usuario se le complica realizar el cotejo sin la asistencia de algún entendido del tema. “Están estafando a los consumidores. No hay que confiar en lo que mandan”, agregó el defensor de los usuarios.
Las entidades advierten que la cuestión más grave es que los usuarios no tienen un órgano de control al que acudir. “En el ENRE y Enargas no le quieren tomar la denuncia. Tratan mal a la gente y le dicen que primero tienen que pagar”, detalló Bassano. Sin dudas, la situación más triste es cuando el consumidor se da cuenta que no hay un error. “Algunos se enteran que la facturación es correcta y recién ahí toman dimensión del ajuste”, relató Boada. Esta situación suma un nuevo problema, la deuda que se les acumula a quienes no pudieron afrontar alguna cuota y se anexa con intereses a la siguiente. En su asociación se recibieron boletas con deuda por más de 17.000 pesos.