“Un día sin freestyle es un día perdido”, dispara Cacha desde Lobería. Apenas tiene 19 años pero ya hace una década que escuchó unos temas de Eminem y encontró su vocación: “Acá no había muchas competencias, entonces me tenía que ir a ciudades vecinas como Tandil o Mar del Plata. Arranqué de muy chico: a los 12 ya empecé a viajar para competir. Mi familia, por suerte, reaccionó bien: sobre todo ahora que desde hace un par de años empecé a vivir de esto”, dice Cacha, quien escribe temas e incluso sacó tres discos.
Si el freestyle es una forma de ser, las batallas de gallos son una forma de ganarse la vida, aunque también una escuela mordaz y desgastante pero casi inevitable: “Más del 90 por ciento de los raperos salen de las batallas, incluso Eminem. Algunos, como Duki, pasan de rapear en una plaza a ser millonarios en cuestión de meses, pero muchos otros capaz que después ni siguen haciendo música. Si lo sabés llevar, te sirve porque cuando sacás tu tema ya tenés una base de difusión de ahí: las batallas te sirven para escribir, y escribir te ayuda a hacer freestyle”.
Aunque el mano a mano tenga algo del boxeo, en encuentros como la Red Bull Batalla de los Gallos, en cuya final nacional competirá Cacha este fin de semana, pasa algo similar al fútbol: el público elige a un rapero y quiere que gane, así que lo alienta. Ése es justamente el caso de Cacha: incluso perdiendo, en su primera participación, en 2016, el público lo eligió: “Fue un antes y un después porque había 9 mil personas gritándole cosas al jurado. Creo que fue la primera vez que la gente se manifestó así”, dice sobre una de sus derrotas más heroicas y nutritivas. En 2016 y a principios de este año le tocó competir en la BigBang DoubleAA con Chuty, de España: “Sabía que me iba a ganar pero lo disfruté igual. Las dos veces me ganó, pero dando pelea. Para mí junto a Aczino, de México, son los mejores del mundo”.
Sea por su carácter o por su juventud, Cacha exhibe cierta indiferencia hacia sus colegas locales. “La idea es buscar un estilo propio que no se parezca a nada de lo que está sonando”, indica. A regañadientes menciona a Acru como uno de los pocos raperos locales que admira. “Soy de pensar mucho las cosas antes de hacerlas y tengo varios temas sueltos por ahí: ahora está por salir un trap. Más allá de ser lo que está sonando, lo que me gusta del trap es la versatilidad de poder cambiar todo el tiempo las bases con el flow. El trap agarró un público muy grande, y capaz que el rap se encerró un poco más en un público. A mí me gustaría hacer cosas cada vez más grandes.”
Las batallas no son todo en el hip hop, claro está, pero el freestyle definitivamente está en su ADN. “En el freestyle nos podemos decir lo que queramos que eso queda ahí: ésa es la regla. Capaz te conozco y hay cosas personales que sé de vos, pero no me gusta usar eso porque creo que ahí es donde se rebaja un poco el ingenio. Lo que pasa mucho, y capaz que la gente que es un poco más grande no lo ve, es que juntarse a hacer freestyle con amigos es algo súper liberador: ésa es la parte más oculta, pero vos ahí soltás todos tus problemas y te armás una historia. Las batallas se pueden ir dando y hay gente a la que le gusta competir, porque la competitividad está en todos lados, pero el freestyle requiere de mucha constancia.” Danyelus, Dozer, Nacho, Dybbuk, Lewan, Alkoy, Killimet, Peqo Flow, Nova, Sub, Roli, Stuart, Thorny, Klan y Papo (su verdugo aquella vez) van a estar ahí, compitiendo. También Cacha, esperando que la tercera sea la vencida.
* La final argentina de la Red Bull Batalla de los Gallos será este sábado desde las 20 en el Luna Park.