El director de la Inteligencia Nacional de Estados Unidos, Dan Coats, acusó ayer a Rusia de interferir en los comicios legislativos que se celebrarán en noviembre. Coats denunció una “amplia campaña de mensajes” por parte de Moscú con el objetivo de alterar las próximas campañas electorales y “dividir a la sociedad”. “Continuamos viendo una campaña de Rusia para debilitar el país” indicó el director de Inteligencia en rueda de prensa en la Casa Blanca. Además confirmó que piratas informáticos rusos intentaron robar información de candidatos electorales, haciendo referencia a las denuncias publicadas por el sitio web The Daily Beast acerca del intento fallido de hackers de la agencia de inteligencia militar rusa de infiltrarse en las computadoras del equipo de campaña de la senadora demócrata Claire McCaskill.
La Casa Blanca organizó ayer una rueda de prensa con líderes de las agencias de seguridad, entre quienes estaban el director del FBI, Christopher Wray y la secretaria de la Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen para tratar la protección de los comicios estadounidenses. La misma surgió en respuesta a las presiones de los sectores de seguridad e inteligencia que consideran que Trump no trató seriamente el tema de la injerencia rusa en las elecciones, sobre todo luego de la reunión con su Vladimir Putin en Helsinki. Las acusaciones sobre la intromisión rusa se fortalecieron después de que Facebook denunciara, este martes, un “esfuerzo coordinado” de desinformación, lo que llevó a la compañía a desvincular 32 cuentas de la red social.
“El presidente estadounidense, Donald Trump, encargó a la Inteligencia Nacional convertir en una prioridad la cuestión de la interferencia en los procesos electores, además de garantizar su seguridad”, señaló Coats en rueda de prensa. No obstante, luego precisó que por ahora no han visto una esfuerzo “tan robusto” por parte de Moscú para influir en las elecciones de noviembre, como si lo vieron en las presidenciales de 2016 que llevaron a Trump a la Casa Blanca.
Por su lado, el director del FBI, apuntó que Rusia sigue involucrada en tener una “maligna influencia” en las elecciones de EE.UU. y añadió que la amenaza no va a desaparecer debido a que no obedece solamente al período electoral. Luego enumeró una serie de ejemplos de cómo los adversarios del país intentan socavar su democracia, entre los que citó la manipulación de noticias y la difusión de información falsa. “Estos sucesos dividen a Estados Unidos”, afirmó Wray y luego destacó que en este momento es fundamental la importancia de las compañías tecnológicas para que colaboren con las autoridades a la hora de defender los intereses nacionales. “Las redes sociales juegan un papel muy importante en este tipo de injerencias, por lo que las empresas deben vigilar sus contenidos”, concluyó Wray.
Finalmente los presentes en la rueda de prensa sostuvieron que ahora no se han detectado esfuerzos para atacar la infraestructura de voto, pero advirtieron que los intentos de intromisión extranjera son constantes y que la amenaza es “amplia y profunda”.
Estas palabras se produjeron después de la cumbre del pasado 16 de julio en Helsinki entre Trump y Putin, que el mandatario estadounidense calificó de “un gran éxito”. Allí, en un principio Trump desautorizó a sus propias agencias de inteligencia que han dado por probada la interferencia rusa en las elecciones de 2016, lo que causó indignación en EE.UU. Sin embargo, posteriormente se retractó y mostró su “plena confianza” en los informes presentados por su administración.
La investigación sobre la injerencia rusa en 2016 es objeto de estudio del fiscal especial Robert Mueller, que indaga si el equipo de campaña del mandatario estadounidense actuó conjuntamente con Moscú para interferir en las elecciones presidenciales. El proceso judicial que lidera el fiscal llevó este martes a los tribunales a Paul Manafort, ex jefe de campaña del mandatario y acusado por fraude bancario y fiscal. Mueller, exdirector del FBI, inculpó hasta el momento a un total de 32 personas en el marco de la investigación. También está bajo su mirada Michael Cohen, ex abogado de Trump, quién denunció hace pocos días que el mandatario tenía conocimiento de la reunión ocurrida en la Trump Tower, entre el equipo del presidente estadounidense y la abogada rusa, Natalia Veselnitskaya.
Por su parte, Trump volvió a manifestarse frente a esta investigación a la que calificó de “caza de brujas” y exigió públicamente a través de su red social Twitter el fin de la misma. En una secuencia de mensajes, Trump atacó a Sessions, a Mueller, a sus agentes que forman el equipo investigador y también al proceso judicial contra el abogado Manafort. Para el mandatario el informe que supuestamente establece la relación entre Trump y Rusia fue pagado por el opositor Partido Demócrata. Sin embargo, luego salió la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, a bajar el tono a las declaraciones del mandatario y alegó que los dichos del presidente no son una orden de la casa de gobierno sino una opinión personal.