Científicos de la Universidad de Cambridge identificaron una serie de planetas donde la vida podría haber comenzado de la misma manera que lo hizo en la Tierra. Los investigadores encontraron que las posibilidades de que se desarrolle vida dependen del tipo y fuerza que dicho planeta reciba de su estrella. Además, han aislado un conjunto de planetas que podrían tener las mismas condiciones y donde la vida puede haber iniciado de la misma manera.

La nueva investigación sugiere que si una estrella brinda luz suficiente, podría ser el puntapié del inicio de la vida en sí mismo. Aparentemente, los rayos de luz ultravioleta potencian una serie de reacciones químicas que son centrales para los inicios de la vida.

Los investigadores aseguran que hay una serie de planetas que reciben esa cantidad de luz ultravioleta. Muchos de ellos no solo tienen el tipo de luz correcto, sino que tienen la temperatura adecuada para asegurarse tener agua líquida en su superficie.

Analizados en conjunto, estos planetas podrían ser importantes para detectar formas vitales. “Este trabajo nos permite delimitar los mejores lugares para buscar vida”, dijo Paul Rimmer, del Laboratorio Cavendish de la Universidad de Cambridge, investigador posdoctoral y autor principal del trabajo, publicado en la revista Science Advances. “Esto nos acerca un poco más a responder la pregunta de si estamos solos en el Universo o no”.

Este trabajo se basa en una investigación hecha por el profesor John Sutherland –que es coautor del trabajo de Rimmer–, y que tenía como objetivo buscar el origen químico de la vida en la Tierra. Sutherland descubrió que las primeras señales de vida podrían haber sido propiciadas por el cianuro. Se cree que este veneno, una vez que se forma, interactúa con varias partes del ambiente, incluyendo la luz del sol, y crea los químicos necesarios para que la vida comience.

Esto se comprobó colocando a estos químicos bajo fuertes luces ultravioletas, donde generaban los ingredientes más básicos de los químicos necesarios para la vida.

La nueva investigación continuó este trabajo, pero se centró en los tipos y fuerzas exactos de la luz requeridos para tales interacciones.

“Me encontré con estos primeros experimentos y, como astrónomo, mi primera pregunta siempre es qué tipo de luz estás usando, un aspecto que los químicos no habían considerado”, sostuvo Rimmer. “Empecé midiendo el número de fotones emitidos por sus lámparas. Después me di cuenta que comparar esta luz con la de diferentes estrellas era el paso a seguir”, afirmó el investigador.

Descubrieron que las estrellas que tienen aproximadamente la misma temperatura que nuestro sol emiten la cantidad adecuada de luz para que se formen los cimientos de la vida. Por el contrario, las estrellas frías parecen no funcionar, de modo que cualquier planeta donde sucedan las interacciones necesitan tener el tipo correcto de estrellas.

Hay muchos planetas que entran en dicha categoría, incluyendo varios exoplanetas encontrados por el telescopio espacial Kepler. Los científicos esperan encontrar más candidatos en los próximos años con el uso de telescopios nuevos como el Tess, recientemente lanzado por la NASA.

Los científicos señalaron que es posible que la vida se haya desarrollado en planetas completamente diferentes y a su manera, pero buscar vida que se inició de la misma manera que sucedió en la Tierra es el paso más lógico.

“No estoy seguro cuán posible es la vida, pero dado que hasta ahora solo tenemos un ejemplo, tiene sentido buscar lugares que se parecen más al nuestro”, afirmó Rimmer. “Hay una importante diferencia entre lo que es necesario y lo que es suficiente. Los cimientos son necesarios, pero pueden no ser suficientes: es posible que uno pueda mezclarlos por billones de años y no suceda nada. Pero uno quiere buscar lugares donde lo necesario exista”, aseguró.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Ludmila Ferrer.