Colón derrotó anoche 1-0 a San Pablo, en Brasil, en el partido de ida por la segunda fase de la Copa Sudamericana. La definición de la llave –cuyo ganador enfrentará a Junior de Barranquilla– será el próximo jueves 16, en Santa Fe.

El plan que llevó el Sabalero a tierra brasileña fue el de resistir. Su técnico, Eduardo Domínguez, armó una última línea de cinco defensores, más cuatro hombres en el mediocampo y el solitario Correa para pelear arriba. Esta disposición táctica más las limitaciones de los paulistas dibujaron un trámite chato en la primera etapa, con pocas acciones de peligro. Las más claras favorecieron a San Pablo. Pero en la agonía del período inicial, Colón tuvo el gol en los pies de Godoy, al que le llegó una pelota sucia parado solo dentro del área chica, a la salida de un corner. 

Poco cambió en el complemento. San Pablo monopolizaba la pelota, amontonaba hombres en ofensiva, pero no encontraba el pase punzante o la maniobra individual para desequilibrar el perfecto trabajo defensivo de Colón. Se iba el partido, pero la noche le sonrió al Sabalero. En un ataque aislado, Fritzler tomó un rebote y le dio de derecha. El remate pegó en la espalda de un brasileño y viajó hasta el fondo de la red para transformarse en el 1-0. La victoria es un premio excesivo para el amarretismo de Colón, pero también un justo castigo para la mediocridad de San Pablo.