A pesar de los numerosos reclamos por olor a gas hechos desde la escuela Nº 49 Nicolás Avellaneda, de Moreno, el edificio terminó explotando ayer por la mañana. El estallido le costó la vida a la vicedirectora, Sandra Calamano (48), y al auxiliar Rubén Rodríguez (45). Los padres y docentes manifestaron que la pérdida de gas ya había sido denunciada en seis oportunidades. “Hace un año venimos reclamando por las pérdidas de gas. Si pasaba cinco minutos más tarde podrían haber muerto los chicos. Se salvaron por unos minutos”, advirtió un padre acongojado que se acercó a la escuela ni bien conocida la tragedia. Por la tarde, la comunidad educativa y gremios docentes marcharon al Consejo Escolar local para exigir respuestas por parte del gobierno provincial de María Eugenia Vidal (ver aparte). Hoy, el Frente de Unidad Docente bonaerense (FUDB) y ATE, que se concentrarán a partir de las 9 en la plaza San Martín de Moreno, paran por 24 horas en repudio por la desatención que derivó en la explosión y para exigir que se declare la emergencia edilicia y educativa en la provincia. A la medida se sumó la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) de Capital.
La explosión ocurrió alrededor de las 7.40, minutos antes del ingreso de los alumnos al colegio primario ubicado en Davaine y Félix Roldan, en el barrio San Carlos. Si bien faltan los peritajes, según los primeros testimonios, la causa de la detonación fue la fuga de gas de una estufa con conexión a gas envasado tipo zeppelin. La fuerza de la explosión hizo que el cuerpo de Calamaro, tras sobrepasar un paredón de dos metros, quedara en el patio delantero de una propiedad vecina a la escuela, y el cadáver del auxiliar, tendido en el patio del colegio. La violencia del estallido dejó, además, roturas en la estructura edilicia: cascotes desparramados en el patio y cráteres abiertos en la cocina y parte del pasillo principal.
Tras la voladura, la conmoción en el establecimiento fue total. La explosión que mató a los dos integrantes del plantel de la escuela sacudió también los cimientos de la comunidad educativa. Con el correr de la mañana, mientras los docentes intentaban contener a las familias de los chicos y de las víctimas, que habían llegado al colegio, las quejas por una tragedia anunciada se multiplicaban: “Seis expedientes tenemos de reclamos y mirá cómo terminó”, se lamentó una integrante de la cooperadora; “ya hicimos todos los reclamos. Soy una mamá de la escuela, esto es increíble”, se quejó otra mujer.
“Esto iba pasar. No fue un accidente. Volaron 50 metros. Nunca pensamos que les iba a tocar a dos compañeros tan queridos”, contó a PáginaI12 Patricia Lezcano, docente y dirigente de Suteba Moreno, mientras intentaba contener las lágrimas. “Esta es la desidia del gobierno de la provincia que no hizo nada. Las escuelas de Moreno son un polvorín y nadie nos da pelota. Entregamos las denuncias en La Plata, directo en la Gobernación, las llevamos al Consejo Escolar, se las dimos al ministro Gabriel Sánchez Zinny y no hicieron nada. Esto iba a pasar”, reclamó Lezcano.
En tanto, Hernán, docente de la escuela, contó que el miércoles estuvo junto a las víctimas intentando solucionar el inconveniente con el gas. “Ayer sentimos un olor muy fuerte a gas en una de las aulas y fuimos con Rubén y con Sandra para ver si podíamos encontrar la pérdida. Como no pudimos, la vicedirectora llamó al Consejo Escolar para que vinieran a revisar. Vinieron y claramente dejaron una pérdida peor porque cuando Rubén y Sandra fueron a abrir el salón volaron por el aire”, contó el docente de la escuela.
Tras la explosión, la fiscal a cargo de la UFI 8 descentralizada de Moreno, Gabriela Urrutia, recorrió la escuela, que parecía haber sido bombardeada.
“Por los testimonios orales que tomamos tenemos que en principio se habría producido la explosión por una pérdida de gas en un artefacto calefactor de la sala de profesores”, explicó la fiscal.
Urrutia sostuvo que la estufa se encontraba apagada y que la explosión de produjo cuando “se encendió una pava eléctrica o una lámpara”. También confirmó lo que venían denunciando padres y docentes al sostener que se constató que hubo “varios llamados y denuncias para que se reparara la pérdida”.
El subsecretario de Educación de la provincia de Buenos Aires, Sergio Siciliano, explicó que las instalaciones de la escuela habían sido revisadas el miércoles por un gasista matriculado, y sostuvo que explosión se produjo “por un trabajo mal realizado o por una situación no
contemplada” por el profesional que realizó la tarea para una
empresa contratada por el Consejo Escolar de Moreno. El funcionario dijo que la empresa “debió garantizar” el funcionamiento de artefactos de la escuela, sostuvo que “hay que investigar qué falló”, y en línea con la política bonaerense de fustigar a los docentes, criticó la jornada de paro de hoy al afirmar que es “la utilización política de esta trágica situación”.
Por su parte, el titular del Suteba, Roberto Baradel, quien recorrió la escuela a media mañana, y participó luego de la multitudinaria marcha, aseguró que presentará “una denuncia penal” porque “estas muertes no pueden quedar impunes”. “Veníamos diciendo que había una situación de abandono, de desidia y hasta de corrupción en las escuelas, pero esto es un desastre”, dijo Baradel.
En tanto, el intendente local, Walter Festa, se manifestó dolido por la trágica explosión, aseguró que “se podría haber evitado” e hizo responsable al interventor del Consejo Escolar local. “Tenemos el Consejo Escolar intervenido... Hay un responsable que se llama Sebastián Nasif, que fue designado por el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires”, sostuvo Festa. Y explicó que el Consejo Escolar de Moreno “es la autoridad designada por la Dirección General de Cultura y Educación (DGCyE) de la provincia para garantizar que las escuelas operen adecuadamente, como así también el mantenimiento de los edificios escolares en su totalidad. Para ese fin tiene asignado además el cargo de inspector de Infraestructura, que es la figura legal que articula entre la institución escolar y la DGCyE”.