“Todos los días durante los últimos 13 años, he estado capturando pequeños momentos que a menudo son tan irreales que a mí mismo me cuesta creerlos. Mi trabajo no es necesariamente sobre China sino sobre la gente, donde sea que esté: ellos que son los actores de ficciones improbables que se develan ante mis ojos, con su poesía o su absurdo”. Con tan ceñidas palabras, define el ascendente fotógrafo Feng Li, oriundo de Chengdú, Sichuan, su pletórica y peculiarísima serie White Night: imágenes que detienen encuentros fortuitos con situaciones improbables en calles, parques o bares; escenas inusuales de ese gran espectáculo llamado cotidianidad. Un hombre que prende con absoluta placidez su cigarro, desatendiendo la grave herida en una mano que no para de sangrar; un muchacho descuidadamente disfrazado de conejo al que, bajo atenta lupa, se le descubre la ausencia de una extremidad; hombres subidos a una escalera que no lleva a ningún sitio; una fila de mujeres que, cual dominatrices, caminan con sus azotes en plena ciudad; algunas postales que obsequia este afilado observar de la realidad. “De día tropiezan con las tinieblas, y al mediodía andan a tientas como de noche”, se lee en el capítulo 5, versículo 14 del libro de Job, y usa Feng Li la cita bíblica como leitmotiv que guía su inspiración. “Lo cómico y lo siniestro comparten un solo marco: un equilibrio incómodo y sorprendente de violencia y sátira sin contexto”, concede la crítica especializada sobre una serie que ha sido expuesta en París, editada en libro, recibido galardones, y actualmente se exhibe en solitario en el prestigioso festival Les Rencontres d’Arles, en Francia.
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