Completísima la retrospectiva que, hasta mediados de septiembre, exhibe el espacio cultural La Casa Encendida, en Madrid, sobre el cineasta Gus Van Sant, responsable de películas de culto como Mi mundo privado (1991), Drugstore Cowboy (1989) o Elephant (2003). Una muestra que, no conforme con presentar la incitante filmografía del productor, guionista y realizador, reúne cintas experimentales como The Discipline of DE o Ballad of the Skeletons, catalogadas como videoarte. Sin desatender, tal como expresa la galería, “sus obras plásticas (fotografías, dibujos y música inéditos en España) y distintas colaboraciones artísticas (con William Burroughs, William Eggleston, Bruce Weber, David Bowie) que nos sumergen en el universo de este emblema del cine radical y anticonformista”. Emblemático varón que supo, en sus propias palabras, retratar a la “juventud en peligro”. Cuyo inquietante universo se trasladan a sus facetas menos conocidas: como pintor (de acuarelas figurativas, a las que dedica 4 horas al día) o fotógrafo. Sin más, incluidas la muestra las 400 polaroids que Van Sant tomase entre 1983 y 1999, no con fines artísticos sino para castings, durante rodajes, para su archivo personal, de decenas y decenas de actores, directores teatrales, músicos, pintores, poetas... Donde pueden verse a unos jovencísimos Keanu Reeves, Matt Dillon, Renée Zellweger, Drew Barrymore, Jonathan Rhys Meyers, Patricia Arquette, entre otros. “Una galería de artistas que prefigura el gusto y el interés del cineasta; y que da paso a las proyecciones de algunas de sus películas y de un espectacular montaje paralelo con las famosas imágenes de la ducha de Psicosis de Alfred Hichtcock y el personal remake de Gus Van Sant en un duelo entre las actrices Janet Leigh y Anne Heche”, completa El País.