Mientras los docentes se movilizaban ayer en todo el país en una jornada de duelo por la muerte de Sandra Calamano, la vicedirectora de la Escuela Primaria N° 49 Nicolás Avellaneda, y el auxiliar Rubén Rodríguez, y la fiscalía a cargo de la investigación de la explosión continuaba tomando testimoniales, trascendieron las declaraciones del gasista que estuvo revisando las instalaciones el miércoles por la tarde, el día anterior a que se produjera la voladura del colegio, y un informe preliminar de los Bomberos de la provincia, que inspeccionaron el lugar el jueves luego de que la institución y sus dos trabajadores volaran por los aires.

El jueves por la tarde, entre quienes declararon ante la fiscal Gabriela Urrutia, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Nº 8, estuvieron el interventor del Consejo Escolar de Moreno, Sebastián Nasif, nombrado por el gobierno de María Eugenia Vidal, y el gasista matriculado Cristian Recovene. 

El gasista, enviado a la escuela por el Consejo Escolar el miércoles a última hora de la tarde, contó que había sido contratado sólo para revisar y hacer el mantenimiento de las estufas. 

“El mantenimiento que hago no contempla fugas de gas en cañerías, sólo la revisación de los artefactos”, sostuvo Recovene ante la fiscal. También afirmó que al inspeccionar vio que “había una conexión irregular. La cañería tenía instalada una pieza T. Uno de los extremos iba a la estufa y el otro al anafe”. 

Según el matriculado, revisó los aparatos y “no detecté anomalías” y aseguró haber cerrado la llave de paso y abierto las ventanas para que el ambiente se ventilara.

Con relación al día de la explosión, explicó que la vicedirectora lo llamó esa mañana “a las 8.06. Me dijo que seguía sintiendo olor a gas y que pensaba suspender las clases. Yo le dije que a las 9 iba a andar por ahí. Al minuto la quise volver a llamar, pero no me contestó más. Cuando llegué al colegio me encontré a la policía y bomberos y me dijeron que había explotado una garrafa y había muerto la vicedirectora”, contó.

Si bien falta la versión oficial de esta declaración, hay varios puntos oscuros. Por un lado, más allá de cuál haya sido el motivo de contratación, un gasista matriculado tiene la obligación de revisar toda la instalación cuando hay denuncias de fuga de gas. Por otro, según contó a este diario un docente que lleva 16 años en la escuela, “el gasista revisó todo por encima. Y la ventana que dice que abrió no existe en esa habitación, que sólo tiene un ventanal fijo”. Además, dijo que “la última comunicación de la vicedirectora fue a las 7.40, no a la hora que dio el gasista, y que a la misma fiscal le habría generado dudas”.

Sin embargo, para muchos de los consultados, el gasista es el hilo más delgado al que atribuirle la responsabilidad de la tragedia. “Al Consejo Escolar, que está intervenido desde el año pasado por Vidal, se le presentaron ocho denuncias por pérdidas de gas desde que empezó el año. En la cocina, en el salón, en distintas partes de la escuela, y lo único que hicieron fue emparchar. Ellos decían que venían a arreglar las cosas y ahí tenés el cambio, dos muertos y un colegio destruido”, dijo Hernán, docente de la escuela y amigo personal de las víctimas, quien remarcó que la comunidad educativa quiere que “se sepa la verdad y que haya justicia”. Además, advirtió que ninguna autoridad se acercó y que no saben “cómo vamos a seguir porque la mitad del colegio se vino abajo”. Durante la marcha de ayer, los reclamos apuntaron en la misma dirección: el Consejo Escolar, Vidal y el Ministerio de Educación provincial.

Por otra parte, mientras ayer por la tarde peritos policiales acompañados por jefes departamentales continuaban recolectando pruebas para explicar cómo se produjo la explosión en la escuela, circuló un informe de los Bomberos que, además de constatar diversos grados de destrucción edilicia, roturas de paredes y mampostería e instalaciones eléctricas, afirma que la explosión pudo haber sido producida por el encendido de una luz o del anafe.

Ariel Barcala, jefe del cuartel de Bomberos Voluntarios de Moreno, confirmó esa versión a PáginaI12. “Nosotros hicimos un informe preliminar, pero el peritaje lo hizo Bomberos de la provincia”. Según el informe, la explosión se produjo por la acumulación de gases, lo que se llama una explosión de volumen, producto de la ignición de una luz o del encendido del anafe. El jefe de Bomberos también confirmó que el peritaje “encontró la llave de la estufa cerrada y la del anafe abierta”.

Mientras tanto, con el colegio cerrado y plagado de carteles con mensajes de alumnos, docentes, amigos y vecinos para las dos víctimas, Sandra y Rubén, se montó frente a la escuela desde las seis de la mañana un comedor solidario, para que los chicos no se queden sin el desayuno, el almuerzo y la merienda.